El suceso conmocionó a los ciudadanos de Arteixo, y sobre todo a los vecinos de la calle Río Sar. El miedo y la preocupación también hicieron acto de presencia entre los residentes del inmueble de Alfonso Piñeiro Matos y de los edificios colindantes. Y se notaba en el silencio absoluto de la mayoría de los vecinos, o en la parquedad en las palabras de muy pocos.
Una de estas personas fue un hombre que vive en el edificio donde residía la víctima. «Sospeitaba que algo gordo ía pasar», dijo. Y para justificar su comentario se refirió a que diariamente visitaban el domicilio del hombre asesinado personas «de moi malas pintas». Subrayó que «todos sabiamos a que viñan, a traer ou a buscar droga». De esa misma forma también se expresó otra mujer que vive en las inmediaciones del inmueble donde se cometió el asesinato: «Eu non lle coñecía traballo algún e vivía ben. Dalgún sitio tiña que vir o diñeiro», manifestó.
Un hombre, Carlos Naya, acudió al lugar de los hechos. Dijo que era muy amigo de Alfonso Piñeiro, y reconoció «que andaba metido en rollos raros. Trapicheaba por ahí», subrayó. Esta persona reconoció que recientemente tuvo que pasar por el cuartel de la Guardia Civil de Lonzas, en A Coruña, para prestar declaración sobre el asesinato de dos personas en Aranga, cuyos cuerpos descuartizados fueron encontrados en una fosa séptica en Culleredo.
Crimen de Aranga
Naya dijo que conocía mucho a dos de los imputados en este crimen, y que al supuesto autor del asesinato de estas dos personas, Keko, lo había visto una vez. Interrogado sobre si Alfonso Piñeiro también conocía al grupo de personas detenidas por este episodio, dijo rotundamente que sí. Aunque no quiso decir si guardaba relación con ellas.
El asesinato de Alfonso Piñeiro suma la sexta muerte violenta de una persona de la comarca coruñesa en los últimos nueve meses. El pasado septiembre dos sadenses fueron asesinados en Ferrol; a finales de abril fueron encontrados los cuerpos de dos hombres de Muros en Culleredo. Y el pasado 30 de abril un vecino de O Burgo fue asesinado en un pueblo de Alicante.