Media vida al margen de la ley, con colaboraciones interesadas con la Justicia

La Voz

GALICIA

01 may 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

La sentencia condenatoria para Piturro es el peor regalo que le podían hacer en su 65 cumpleaños, que tendrá lugar el próximo lunes. Manuel Vázquez era a finales de los ochenta un avezado contrabandista de tabaco de San Miguel de Deiro que un día tuvo la osadía de desarmar a unos agentes de Aduanas que buscaban una partida de Winston en un galpón.

Por aquellos hechos acabó en la cárcel y con tal motivo tuvo la desafortunada idea de encargarle su defensa a Pablo Vioque. Ese día tal vez empezó la ruina de ambos porque el narcoabogado le encomendó el transporte de casi dos toneladas de cocaína que, hace 18 años por estas fechas, provocaron una auténtica marea blanca en las playas de Valdoviño y Cedeira.

El tenaz y minucioso trabajo de dos guardias civiles posibilitó la identificación y consiguiente detención de los transportistas de un alijo de unas dimensiones sin precedentes en aquellas fechas. Fue precisamente Piturro el único que se zafó de aquella redada. De nada le sirvieron los reiterados mensajes que le envió a Vioque para que le diese su parte de lo que se había salvado del naufragio, y al final optó por entregarle su cabeza en bandeja a Garzón.