Un pueblo de Lugo escribe a Botín para que no cierre el único banco

GALICIA

Vecinos de Castro de Rei solicitan por carta a la presidenta de Banesto que conserve la sucursal, y amenazan con retirar los depósitos si se clausura

01 abr 2009 . Actualizado a las 02:34 h.

Castro de Rei ve su único banco, una oficina de Banesto que funciona desde hace más de 40 años, como un servicio tan necesario como el colegio o el médico. Por ello los inconvenientes de su cierre, cuyo rumor circula desde hace días, se presentan ya en el horizonte más o menos inmediato de los vecinos de esta villa, situada en el corazón de la Terra Chá. Así las cosas, un colectivo de la localidad, la Asociación de Amigos da Feira de Castro de Rei, ha enviado una carta a la presidenta de la empresa, Ana Patricia Botín, en la que pide la permanencia de la oficina.

En pocos días se han reunido 623 firmas -más de la décima parte de la población de un municipio que tiene, según datos del 2008 del Instituto Galego de Estatística, 5.725 almas- para sumarse a esa petición, que se apoya básicamente en dos razones. La primera, que es la única oficina bancaria de la localidad y que está abierta desde 1965; la segunda, que buena parte de los clientes son personas mayores, con dificultades para desplazarse a otras localidades, y que el porcentaje de la tercera edad aumentará porque está prevista la apertura de un geriátrico.

A la espera de recibir respuesta y de tener confirmación oficial de la decisión de cerrar la oficina, los vecinos no ocultan su preocupación por esa medida ni los inconvenientes que entrañaría la clausura de la sucursal. Por ejemplo, Josefa Canto, que atiende un bar muy cercano al banco, explica que el cierre de la oficina supondría un problema a la hora de conseguir cambio de monedas.

«Unha institución»

También está al lado del banco la tienda de Alejandro Rodríguez, que mientras atiende a clientes -todos de edad avanzada, por cierto- define al banco como «unha institución», y pone otro ejemplo de los perjuicios derivados del cierre: si la sucursal echa el candado, se dice adiós al único cajero automático de la localidad.

José Benito Miranda, cliente del local, pone otro dedo en la llaga por la que sangra estos días el pueblo: para desplazarse a la oficina del mismo banco en Castro de Ribeiras de Lea, a unos 10 kilómetros, hay una línea de autocares que cubre la ruta dos veces al día en cada sentido, pero los vecinos de parroquias que no tienen autobús quedarán, dice, más lejos del banco. En la carta incluso se dice que Muimenta, distante unos siete kilómetros, tiene una sucursal de Caixa Galicia, con lo que a los vecinos de Castro de Rei les quedaría más cerca esa oficina que cualquier otra de Banesto. Está por ver si esa insinuación convence a los rectores de Banesto, a quienes se lanza un aviso: si se consuma el cierre, muchos vecinos parecen dispuestos a retirar los depósitos. José Luis Castro, presidente de la entidad que reclama la continuidad de la oficina, reflexiona: «Dá beneficios. ¿Que máis queren?»

Según comentarios oídos ayer, los planes parecen apuntar al cierre de las oficinas que tienen, como la de Castro de Rei, un solo empleado. De su responsable, eso sí, es imposible oír entre los vecinos una mala opinión.