Un guardia de seguridad de la empresa Prosegur murió ayer por la tarde en la localidad pontecesana de Corme alcanzado por una piedra. El fragmento de roca salió despedido de una voladura controlada e impactó contra la cabeza del vigilante, que se encontraba a varias decenas de metros pero dentro de la obra en la que se produjo la explosión. El traumatismo lo mató en el acto.
La víctima, Jacobo Rodríguez Cortés, de 32 años, natural de Arteixo, estaba regulando la entrada de camiones al recinto desde lo alto de un montículo de piedras cuando se produjo el deflagración, a las tres y media de la tarde.
Desde la empresa coruñesa Voladuras Carmona, responsable de la colocación de la goma 2, aseguran que desconocen, por el momento, las circunstancias exactas en las que se produjo el siniestro. Sin embargo, los vecinos de las viviendas próximas señalaron que el sonido de la explosión no guardaba relación con el producido por el resto de los barrenos que vienen oyendo desde el verano pasado. «Foi como se estoupase no aire», indicó una mujer que barría el balcón de su casa cuando oyó el estallido y, acto seguido, a una joven que pedía una ambulancia entre gritos y lloros.
La voladura se estaba llevando a cabo en un talud rocoso que los operarios cubrieron parcialmente con planchas de goma sujetas a una excavadora. Un fallo en la colocación o en la cantidad de la carga hizo que los cartuchos produjeran un efecto muy superior al habitual. Las piedras salieron disparadas a más de cien metros de distancia y llegaron a dañar vehículos aparcados frente a los edificios del otro lado de la calle. A punto estuvieron de alcanzar a una cuadrilla de obreros portugueses que trabajaban en el lugar.
La obra en la que ocurrió el accidente pertenece a la empresa Winterra que está construyendo una residencial de 84 viviendas frente al mar, sobre un pequeño monte de roca.