El informe cuantifica además los daños medioambientales, así como el coste de extinción, el impacto en el turismo y las pérdidas en biomasa forestal y en emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera. Sin embargo, las autoras del trabajo advierten de que se trata de un análisis a corto plazo, con pérdidas muy cuantiosas, pero que podrían ser aun mayores si se ampliara el horizonte temporal del trabajo. De hecho, existen daños no incluidos por falta de datos y que han tenido un impacto evidente. Es el caso, por ejemplo, de las consecuencias económicas de las inundaciones en villas costeras durante el otoño del 2006, generadas por la erosión del terreno y la escasa capacidad de absorción de la lluvia del monte como consecuencia del fuego.
Otras variables excluidas
Pero hay otros daños que excluye el informe y que podrían elevar considerablemente el importe de la factura. Pérdidas de productos forestales (castañas y setas), vidas humanas o animales muertos. En los impactos no cuantificados por falta de datos ocupan un lugar destacado las pérdidas del sector marisquero debido al arrastre de cenizas y residuos a las rías, donde infinidad de cultivos fueron arrasados por las aguas. Tampoco se incluyen los daños a la salud (4 muertos, 14 ingresos hospitalarios, 137 atenciones de emergencia y 514 atenciones ambulatorias).