Tras varias horas de conversaciones y debates, los integrantes de la Mesa da Madeira zanjaron la reunión sin más acuerdo que el de encargar una medición precisa y exacta de la cantidad de madera afectada por el ciclón Klaus y que aún permanece en los montes. Este único compromiso no respondió a la expectativas de los productores, que exigen agilidad en las decisiones y ayudas.
Alberte Blanco, director xeral de Montes e Industrias Forestais, dijo que hay un «consenso entre todos para resolver o problema», pero puntualizó que es necesario conocer la cuantía de la madera afectada para poder poner en marcha las líneas de ayudas ajustada a los daños. Para ello se creará un fondo especifico para el monte, que se dotará de recursos de las Administraciones central y gallega. No se conocen cantidades, ni siquiera estimadas, ya que Blanco insistió en que «non é o mesmo media tonelada, que tres». Se comprometió a tener las mediciones en un plazo de no más de veinte días. Alberte Blanco también pidió a los afectados que se asocien, con el fin de contar con un interlocutor. También aclaró que la retirada de la madera no puede hacerse precipitadamente y precisa una planificación. Rechazó las estimaciones que apuntan a que la madera afectada corresponde a la producción de todo un año y dijo que está más cerca de la mitad del consumo, teniendo en cuenta la bajada del 20% por la coyuntura económica actual.
Pero los compromisos y buenas palabras no fueron suficientes para los productores, que salieron de la reunión casi con las mismas interrogantes que cuando entraron. Teresa Rañal, de Promagal (entidad que agrupa a productores de Ferrol y, entre otras zonas, A Mariña lucense), recordó que «fai 15 días do temporal; e, vai pasar un mes máis sen previsión de cando chegarán as axudas». La portavoz de los madereros insistió en que «non pode dilatarse no tempo» una solución al problema actual. Teresa Rañal indicó que los productores necesitan que se retire la madera de los montes, para empezar su recuperación. Apostó por la creación inmediata de parques intermedios, en los que la madera afectada por el ciclón sea almacenada en condiciones idóneas para que no se deteriore y, al mismo tiempo, se evite la caída del precio que provocará un exceso de madera en el mercado. Teresa Rañal dijo que estos parques se pueden acondicionar en suelos industriales, al ser precisos espacios con accesos y medidas de seguridad contra incendios. En su opinión, la creación de estos espacios intermedios supone poco coste económico. Alberte Blanco dijo que, en el marco de las ayudas previstas, se podrían incluir este tipo de espacios, aunque apuntó que la madera afectada es «asumible polas empresas galegas».
Por su parte, Jacobo Feijoo, de Asefoga (Asociación Sectorial Forestal Galega), considera que no debería haber problemas para colocar el eucalipto afectado; que, según sus cálculos, sería de entre el 30-70% del consumo anual.
En cuanto al pino, Jacobo Feijoo considera que la situación es más preocupantes; especialmente, si entran Landras de Francia al ser subvencionado el transporte. Apostó por regular las talas en las zonas no afectadas como ya se hizo el año de los incendios.