Concejales en activo, militantes y miembros de las listas electorales forman parte de los casos de «enchufismo»
05 feb 2009 . Actualizado a las 02:00 h.Desde concejales del Bloque en ejercicio, como Victoria Rei Mariño (Dodro) o Jaime Óscar Iglesias (Baños de Molgas), hasta una treintena de militantes y simpatizantes que en los últimos años formaron parte de las listas del BNG como candidatos o suplentes. Los sindicatos denuncian que todos ellos han encontrado trabajo en la Administración paralela de la Xunta, sobre todo en organismos controlados directamente por los nacionalistas, entre los que destacan el Consorcio Galego de Servizos de Igualdade e Benestar o la empresa Servizos Agrarios Galegos (Seaga).
Comisiones Obreras ya denunció el mes pasado que el Bloque convirtió en verdaderos «chiringuitos clientelares» algunos de los órganos administrativos creados tras su llegada al Gobierno autónomo, poniendo como ejemplo las bases para la selección de 336 puestos de persoal laboral fijo de las galescolas, de los centros de atención a las personas mayores y de los servicios centrales del Consorcio. También la central nacionalista CIG, a través de su boletín de enero, se sumó a las críticas hacia los procesos selectivos, en línea con las denuncias de «enchufismo» hechas meses atrás.
Los datos recopilados por miembros de las dos centrales sindicales permiten identificar con nombres y apellidos a una treintena larga de candidatos del BNG que han sido colocados en algún servicio de la Xunta. Entre ellos figuran casos conocidos, como el de Pilar Candocia, ex concejal en Ames, que el BNG llegó a presentar en un tríptico electoral como responsable de un área del Consorcio, cuando el concurso para el cargo ni siquiera se había convocado. Finalmente, el puesto quedó vacante tras el concurso (pese a que había 31 aspirantes) y Candocia lo ejerce de facto como trabajadora eventual.
Acierto ante notario
También llamativo fue el caso de Andrés Vázquez Piñeiro, militante del BNG que fue nombrado director del área de Benestar en enero del 2007. Cuando la plaza se sacó a concurso, en agosto, la diputada del PP Marta Rodríguez Arias acudió con cuatro meses de antelación al notario a registrar quién sería el agraciado. Y acertó. El puesto está cubierto por Vázquez desde enero del 2008.
Pero esta es solo la cabeza del Consorcio Galego de Benestar, órgano al frente del cual Quintana colocó al ex alcalde nacionalista de Vigo, Lois Castrillo, elegido de forma indefinida mediante un concurso «a medida», según denunciaron los sindicatos, y un tribunal del que formaban parte altos cargos del Bloque como Carme Adán o María Jesús Lago.
En las sucesivas plazas convocadas para la red de escuelas infantiles o galescolas (95 puestos), para el Plan Galego de Inclusión Social (9 plazas) o para el personal de servicios centrales del Consorcio también se siguieron manejando nombres de militantes y candidatos del Bloque. Es el caso de Ximena Campos Pérez, suplente del BNG en la lista de Sada, y de María del Mar Lado Vila, suplente del BNG en Santiago. Ambas fueron seleccionadas como técnicas en un proceso sin entrevista.
Algo parecido ocurrió con Victoria Rei Mariño, edila en Dodro, que es técnica del plan de apoyo a la familia y que figura como suplente en la lista del BNG por A Coruña para el próximo 1-M.
Uxía Sanmartín González, que formó parte de las listas del BNG en Sarria, es auxiliar administrativo de inclusión social, mientras Marina Villaverde Ferro, que fue concejala en Outes, fue adscrita al Consorcio con la categoría de interventora sociocultural.
Galescolas y residencias
Los casos denunciados por los sindicatos se extienden a las direcciones de galescolas o residencias. Por citar solo algunos que enumeran, la directora de la galescola de Fene, Carolina Cruz Fernández, es concejala del BNG en Mugardos. Y Ánxela Amorín, edila en el municipio ourensano de Coles, fue nombrada por la Vicepresidencia de la Xunta de Anxo Quintana directora de la residencia de la tercera edad de Castro Caldelas.