La familia del vigués asesinado pide que «la policía no descanse en Navidad»

GALICIA

Casi 300 allegados de la víctima se concentraron ayer para pedir justicia

24 dic 2008 . Actualizado a las 02:11 h.

Casi 300 personas se concentraron ayer en Vigo para solicitar justicia tras el crimen de la calle Torrecedeira. El joven Ramón Ortega Quina apareció muerto a las tres de la madrugada del pasado viernes en una acera y con un golpe inciso en la cabeza. La policía ha confirmado a la familia que descarta un accidente fortuito y que ya investiga un homicidio.

El crimen de la calle Torrecedeira es el cuarto que registra la ciudad de Vigo tras año y medio sin muertes violentas conocidas. Los otros tres homicidios han sido resueltos en pocas horas mientras que este caso acumula numerosos enigmas que dificultan la investigación.

Las principales preguntas que se hacen la familia y la policía es quién fue el autor de la muerte y por qué lo hizo. Ramón era un joven empleado, desde los 17 años, como soldador en una empresa del polígono industrial de Valladares. El novio de su hermana comentaba ayer que Ramón no vivía cerca de la calle Torrecedeira, por lo que nadie entiende qué hacía lejos de su casa a esas horas.

Sus últimos pasos conocidos se pierden alrededor de las ocho de la tarde del jueves 18, siete horas antes del crimen. El joven había trabajado esa mañana, quedó para comer con unos compañeros y luego tomó una consumición con un amigo en el barrio de Balaídos. Esa zona está situada dos kilómetros al sur de la calle donde, esa madrugada, apareció muerto en el suelo. La calle Torrecedeira tiene numerosos pisos de alquiler para estudiantes. Los vecinos se han quejado de atracos por las noches y de venta de droga en las plazas cercanas. Sin embargo, la policía descarta el móvil del robo ya que la víctima portaba su cartera y documentos.

La investigación policial sigue el rastro de las llamadas telefónicas que recibió Ramón Ortega en las últimas 48 horas. La pista se pierde esa misma tarde. «No se sabe si alguien lo llamó al móvil», dice el portavoz de Avidev. Este recuerda que la jueza decretó el secreto de sumario.

No parece que la víctima tuviese enemistades. Sus allegados lo definen como un «estupendo chaval, que colaboraba con su madre, muy cariñoso». También era «muy querido» por sus compañeros de empresa.

El móvil del crimen, un enigma

Si el escenario del crimen es un enigma, el móvil del homicidio abre más interrogantes. Una hipótesis maneja un encuentro entre la víctima y un desconocido en estado ebrio. En la noche del jueves al viernes se celebraron en Vigo multitud de cenas de empresa y de despedidas de estudiantes. También parece claro que el agresor portaba consigo un objeto inciso, por ejemplo un hacha, un machete e incluso unos tacos con cadenas usados en las artes marciales.

Otra hipótesis menos probable es el azar. Tropezar en el momento y lugar equivocado con el agresor. Ni se descarta que su homicida lo esperase y lo atacase por la espalda. Pueden aportar alguna pista las huellas en una cabina telefónica.

Algunas fuentes dicen que la policía busca a un hombre que vestía una gabardina. Al parecer, un vecino dijo que tras el ataque huyeron una joven y su acompañante en direcciones opuestas.

Los concentrados ante el museo Marco de Vigo reclamaron ayer que la «policía trabaje a tope, incluso con las vacaciones paralizadas». Así lo pedía el presidente de la Asociación de Apoyo a Familiares y Víctimas de Delitos Violentos (Avidev), Ricardo León. El padrastro de la víctima fue uno de los fundadores de la asociación, ya que su sobrina era Sara Alonso. El homicidio de esta joven y el asesinato de una vecina de Candeán en el 2004 desató una ola de indignación ciudadana que llevó a la creación de Avidev. El psicólogo de la entidad presta atención a cuatro familiares del fallecido. El novio de la hermana de la víctima pide a la policía que «no descanse ni en Navidad».