La voz de uno de los presentadores del Xabarín Club, que emite TVG, fue la encargada de conducir el espectáculo made in Ferraz montado ayer en Santiago para la proclamación de Touriño, en el que no faltó la música rock ni ministros o diputados saludando como estrellas del pressing catch mientras hacían el paseíllo.
La música y el confeti ahogaron el recuerdo de aquel 14-D, del que ayer se cumplieron 20 años, que zarandeó al Gobierno de Felipe González con la primera gran huelga general. Solo algunos veteranos evocaron aquellos recuerdos, mientras los de menos edad, y algunos que peinan canas, movían la pierna, la cadera y tocaban palmas con los acordes de We are young (somos jóvenes), de Supergrass, con el que fue recibido Touriño.
El diseño del acto lleva la firma de Ferraz y supone tan solo un pequeño anticipo del lustre que exhibirá el PSOE en la campaña electoral gallega, que sin duda guarda algún paralelismo con las norteamericanas. El aparato federal del partido ya desplazó a Galicia a varios trabajadores, que ayer se ocuparon de coordinar la puesta en escena, dejándole al PSdeG poco más que la elección de las canciones.
La ejecutiva socialista hizo el paseíllo entre el público mientras sonaba Sabina y Serrat, los Cranberries acompañaron a los diputados y senadores, mientras Oasis animó el salto a la arena de los alcaldes. Méndez Romeu y María José Caride encabezaron el desfile de conselleiros, con el ritmo de Coldplay, mientras el Let me out de Dover le puso las pilas a los ministros y a la portavoz socialista en el Senado.
El acompañamiento audiovisual proyectó en todo momento la imagen de Touriño, mientras su nombre volaba por los paneles del fondo, por el suelo, y se encendía y apagaba en las pantallas. Un derroche de modernidad que hizo a los socialistas de siempre echar en falta la melodía del PSOE o los acordes del himno gallego, que no sonaron en ningún momento.