El grapo Silva Sande niega haber matado a dos guardias civiles en Santiago en 1989

GALICIA

14 nov 2008 . Actualizado a las 02:07 h.

El miembro de los Grapo Fernando Silva Sande negó ayer, durante el juicio celebrado en la Audiencia Nacional, su participación en el asesinato de dos guardias civiles el 10 de marzo de 1989 durante el atraco a una delegación del Banco de España en Santiago de Compostela. Otros tres miembros de la banda terrorista, Guillermo Vázquez Bautista, María Jesús Romero Vega y Laureano Ortega Ortega, que ayer comparecieron como testigos, ya fueron condenados en 1992 y 1995 como autores de ese atentado.

Silva Sande, nacido en A Coruña en 1954, contestó ayer a las preguntas del fiscal asegurando que no tiene «ninguna relación» con el asesinato de los agentes Constantino Limia y Pedro Cabezas, que custodiaban la entidad bancaria en Santiago. Incluso aseguró que en el momento en el que se cometieron los hechos se encontraba fuera de España, concretamente en Francia. El acusado reconoció que en 1989 era miembro de los Grapo, aunque negó que fuera uno de sus dirigentes.

Explicó que ni siquiera tiene constancia de que aquel atentado fue reivindicado por la banda y que desconoce quién dio la orden de cometerlo. En todo caso, aseguró que en aquella época el líder de los Grapo era Manuel Pérez Martínez, conocido como Camarada Arenas . Según relató, la autoridad de Arenas era «indiscutible» y ninguna «acción» de la banda podía afrontarse sin su autorización previa.

Por el contrario, el fiscal del caso, Vicente González Mota, consideró que durante el juicio quedó probado que fue Silva Sande quien disparó, junto con Guillermo Vázquez, a los dos guardias civiles en el transcurso de un atraco -«expropiación» en la terminología de los Grapo- a la entidad bancaria con el objetivo de recaudar fondos para la organización terrorista, y que acudieron al banco con la intención premeditada de asesinar a los agentes, a quienes arrebataron sus armas. Por ello, pidió para Silva Sande 60 años de cárcel por dos delitos, uno de robo con homicidio y otro de atentado con resultado de muerte, penados con 30 años cada uno. Además de Silva y Guillermo Vázquez, en la acción participaron Laureano Ortega Ortega, que permaneció en labores de vigilancia, María Jesús Romero Vega y otra terrorista ya fallecida, cuya misión era obtener el dinero de la caja del banco, cosa que no consiguieron.

Prueba de cargo

La principal prueba de cargo contra Silva Sande es la declaración policial que realizó en su día el otro autor material de los asesinatos, Guillermo Vázquez, en la que relató que él mismo disparó sobre uno de los guardias civiles mientras su compañero asesinaba al otro agente. A pesar de que en un testimonio posterior Vázquez afirmó que esa declaración había sido arrancada con torturas, ayer no quiso ratificar esta segunda versión cuando fue preguntado por la abogada de Silva Sande, y se negó a contestar tanto a la defensa como a la Fiscalía. Idéntica negativa mostraron Laureano Ortega y María Jesús Romero, los otros dos condenados, aunque estos dos sí reiteraron ayer haber sufrido torturas.

Llamó la atención durante el juicio que mientras Ortega y Silva Sande se saludaron con un gesto, Guillermo Vázquez no cruzó la mirada en ningún momento con el acusado, al que tenía a dos metros. María Jesús Romero testificó por videoconferencia.

Durante el juicio prestaron declaración por videoconferencia desde Galicia dos empleados de la entidad bancaria que fueron testigos de los hechos. Uno de ellos afirmó que vio a uno de los terroristas asesinar a un guardia civil, aunque no pudo ver al otro. Ninguno de los dos reconoció al acusado cuando la policía les mostró en su día las fotografías del terrorista.

La policía tampoco pudo encontrar huellas de Silva Sande en las armas con la que se cometió el atentado, que fueron halladas en un piso franco de los Grapo alquilado en Madrid en el que tampoco fue posible probar la presencia del acusado.