Galicia acusa a Vivienda de restringir sus competencias

GALICIA

Gestión gallega al dictado ministerial

15 oct 2008 . Actualizado a las 03:16 h.

El Ministerio de Vivienda, el de los minipisos y de las zapatillas keli finder, el que sirvió de catapulta a la primera ministra de Defensa española, ha encontrado en Galicia contestación frente al uso de su única palanca de maniobra para intervenir en la gestión, en un ámbito en el que las competencias son de las comunidades. El Gobierno gallego pedirá al ministerio que deje de obstaculizar sus políticas con los planes cuatrienales.

Los tres grupos parlamentarios apoyaron, en el reciente debate sobre el estado de la autonomía, una propuesta para que la Xunta demande al Ejecutivo socialista la transferencia directa de los fondos que controla y distribuye el ministerio a través de los planes de vivienda. El que está en vigor, 2005-2008, representó una inyección de 304 millones de euros para los programas en marcha en Galicia. La Consellería de Vivenda gestiona esos recursos, pero las directrices las marca Madrid, con un patrón diseñado para todo el Estado que, por tanto, obvia las singularidades del problema de la vivienda en esta comunidad. Como sucede en la sanidad o en la educación, las circunstancias de las aglomeraciones urbanas de Madrid o Barcelona poco tienen que ver con las condiciones de rehabilitación en el medio rural o con los rigores que la dispersión demográfica introduce en Galicia. Sin embargo, las competencias sanitarias y educativas no están encorsetadas por la centralización de los recursos.

El argumento consensuado por los tres grupos para solicitar a Madrid la gestión directa de los recursos es de cajón. Galicia quiere «acadar unha maior operatividade na execución das políticas de vivenda», un nivel de eficiencia que no está garantizado con la regulación lineal de los planes que el ministerio dicta para todo el Estado y que no da cabida a las situaciones específicas de cada territorio.

Escaso margen de acuerdo

Pero el éxito de la iniciativa es poco probable. Sin la administración de esos recursos, el ministerio con el que Zapatero quiso sintetizar su apuesta por la vivienda, desempolvando una nomenclatura que a algunos les evocó un aroma de otro régimen, sería aún más virtual de lo que es. El departamento que ahora pilota Beatriz Corredor ya echó balones fuera en mayo, cuando la conselleira nacionalista Teresa Táboas le planteó que al menos un porcentaje de esos recursos se transfirieran a la Xunta para financiar su política al margen de las directrices estatales. La consellería también pide para las ayudas a la rehabilitación que solicitaron 5.400 familias con cargo al plan autonómico los incentivos fiscales que disfrutan los que reciben la subvención por vía estatal. Además, plantea que el nuevo plan incorpore garantías de financiación de pisos protegidos para familias y promotores.

El debate es pertinente, ahora que Estado y comunidades diseñan el plan 2009-2012. Hoy mismo hay otra reunión. Aunque el Ejecutivo de Zapatero, decidido a enarbolar la bandera de la política social frente a la crisis, no dejará sin muebles un ministerio que a los ciudadanos les recuerda la que es una de las mayores aventuras de su vida: pagar la hipoteca.