Solo una de las once empresas del incendio de Vigo tenía licencia

J. Fuentes / L. Collazo

GALICIA

Ninguna contaba con medidas de seguridad contra el fuego y tampoco existía personal de vigilancia

09 sep 2008 . Actualizado a las 19:09 h.

De las once empresas que utilizaban la nave de O Gorxal que fue pasto de las llamas en la madrugada del sábado, solo una disponía de licencia municipal de actividad. El dato fue facilitado en la mañana de ayer por el alcalde vigués, Abel Caballero, con la cautela de que se trata de una investigación inicial y con el añadido de que otras habían iniciado la tramitación sin concluir el proceso.

Se trata de Quimizor, que disponía de autorización para el almacenamiento de detergentes y fue precisamente el lugar donde comenzaron las llamas. No se sabe en estos momentos si esta licencia amparaba también a Productos Zorka, cuyo administrador es el mismo que el de Quimizor. Ambas empresas almacenaban los detergentes y lejías cuyos vertidos provocaron graves daños en el Lagares y en la playa de Samil.

La nave siniestrada data del año 1998 y en este tiempo no se habían legalizado las variadas actividades que allí tenían lugar, en las que trabajaban directamente 110 empleados, excluidos los autónomos. En el futuro nada impedirá que se reconstruya la nave y vuelva a funcionar como centro fabril, ya que la parcela está calificada como industrial en el Plan Xeral de Ordenación Municipal.

Desde el Concello se ha confirmado que en la nave no existía ninguna medida preventiva contraincendios, incluyendo detectores o extintores automáticos. Como tampoco había vigilancia personal, el fuego solo fue detectado por un vecino cuando las llamas ya se habían extendido y eran imposible de controlar.

No fue este el único problema que tuvieron que resolver los bomberos. Aunque la nave está situada en suelo industrial, dos de sus laterales están rodeada de bosque, precisamente la que linda con dos gasolineras. Al no existir un vial perimetral, los bomberos no pudieron actuar para atacar las llamas. Afortunadamente, el fuego no se extendió a la arboleda, lo que hubiera agravado considerablemente la situación.

Derribo obligado

Lo que parece irreversible es el derribo de la imponente nave de 6.000 metros cuadrados, ya que ha sufrido daños «serios e irreversibles», según Caballero. No obstante, cualquier medida que se adopte a partir de ahora dependerá del juzgado que se ha hecho cargo de la investigación del siniestro. De hecho, bomberos y policías locales han desaparecido del lugar, siendo sustituidos por agentes del Cuerpo Nacional de Policía.

Para calibrar su estado, técnicos municipales de Urbanismo revisaron la instalación en la mañana de ayer, confirmando que los pilares de hormigón y hierro están dañados, aunque no parece existir peligro de derrumbamiento inmediato con carácter general, aunque sí en uno de los muros laterales y una gigantesca plancha de latón. La federación de vecinos expresó ayer sus dudas sobre la «dubidosa ou nula legalidade» de la ampliación de la nave debido a que no cumple la legislación antiincendios. Según el Concello, es posterior a su creación y no le afectaba.