El río Catasol de Melide tardará años en recuperar su riqueza

GALICIA

30 jul 2008 . Actualizado a las 02:14 h.

Retirar chapapote con las manos y embutidos en unas botas de pesca es una imagen que se ha quedado en la retina de Galicia tras el desastre del Prestige . Y a una minúscula escala esta escena cobró ayer actualidad en Melide con la retirada de los primeros restos de alquitrán que se vertieron en el cauce del río Catasol como consecuencia de un accidente cuyas causas aún están sin esclarecer.

Las siete toneladas de residuos que acabaron en un tramo de cuatro kilómetros del Catasol sedimentaron en las orillas de este afluente del Furelos, que perderá toda la maleza de la ribera debido a la contaminación.

Trabajadores de las brigadas municipales de Melide y personal de una empresa especializada en este tipo de tareas utilizaron una pala de grandes dimensiones para recoger el alquitrán en las zonas más afectadas. Río abajo, trabajadores con botas de pesca y rastrillos recogieron los residuos ya disueltos en el agua y también retiraban las truchas muertas que se concentran bajo las plantas.

De forma paralela, técnicos de Augas de Galicia tomaron muestras para analizarlas y compararlas con las recogidas ayer en la misma zona. En una semana se conocerán los resultados.

Truchas muertas

Mientras tanto, quienes conocen el río confirman que el Catasol no recuperará la normalidad hasta dentro de varios años, ya que el alquitrán diezmará la vida vegetal de este tramo del río, lo que provocará que las truchas que lo traspasen para desovar mueran sin remedio. Además, una buena parte de estos ejemplares no realizará remontada alguna debido al fuerte olor a combustible que emana del agua y que tardará en desaparecer.

De forma paralela a las tareas de limpieza, la Guardia Civil continúa investigando las causas del accidente para esclarecer por qué el conductor que perdió el control del camión abandonó la zona y no informó de los hechos. Ayer trascendió que este operario estaba jubilado, lo que le impedía conducir el camión. Como primera medida, la Guardia Civil tomó declaraciones a trabajadores de la empresa y al propio conductor.

El punto del río Catasol en el que se produjo el vertido cambió radicalmente de aspecto tras las primeras tareas de limpieza, que arrancaron ayer a primera hora. Los primeros esfuerzos se concentraron en recoger las gruesas capas de alquitrán almacenado en el punto en el que el camión perdió las siete toneladas de alquitrán.

A las dos de la tarde de ayer en una franja de más de cien metros ya se habían retirado las hierbas de la ribera, que ejercieron como primer muro de contención. También se recogieron algunas alpacas de hierba colocadas el día anterior para evitar fugas de combustible cauce abajo.

Pese al avance en estas tareas de limpieza, los trabajos de las brigadas se prolongarán varios días más, ya que el vertido afectó a un tramo de unos cuatro kilómetros del río.