Abre al tráfico un nuevo puente sobre el Miño que unirá Crecente y Cortegada

GALICIA

05 jun 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

De surcar las aguas del Miño en barco, a cruzarlo en coche. De hacerlo sobre una idílica estructura de principios de siglo, con el tonelaje de los vehículos limitado, a usar un puente del siglo XXI, que no apoya sobre el cauce del río ninguno de sus 250 metros de largo. Crecente y Cortegada, o lo que es lo mismo, las provincias de Pontevedra y Ourense, cuentan desde ayer con una nueva arteria de conexión abierta al tráfico.

La instalación permite que los vehículos pesados puedan transitar sin problemas, ni de peso ni de anchura. Todo sin afectar el río, ya que guarda una distancia de 181,5 metros entre sus dos pilares, y ninguno invade las aguas del río. Esta obra de ingeniería en equilibrio obligó a transportar por vía fluvial la pieza central de la estructura.

Construcción

Después de navegar seis kilómetros, cuatro grúas se encargaron de elevar la estructura para conectar los dos pilares. La pieza, de 86 metros y un peso de 230 toneladas, fue fabricada en Arnoia, donde se encuentra la única explanada cercana con suficiente superficie y los accesos necesarios para la maquinaria.

La elaboración de los dos apoyos constituyó también un trabajo complicado, puesto que el derecho se construyó en paralelo al río, salvando la vía del tren, para después ser girado. Con el puente se completa la variante de tres kilómetros que sustituirá a la OU-133, con un trazado accidentado y que implicaba además atravesar el centro de Cortegada. La dificultad de la obra y la alta inversión, que rondó los 7,5 millones de euros, fueron algunos de los aspectos que destacó ayer el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, durante la inauguración. «Estamos a cambiar a vella Galicia pola nova, con tecnoloxía e capacidade propia», señaló. Además, aprovechó para recordar que el próximo lunes se presentará el nuevo plan de infraestructuras viarias de la comunidad.

Por su parte, la conselleira de Política Territorial, María José Caride, destacó el respeto medioambiental del proyecto y lo que supone en la vertebración del eje Xinzo-autovía de las Rías Baixas, que se complementa con esta infraestructura. Mientras el regidor de Cortegada, Avelino de Francisco, evocó las comunicaciones sobre el Miño a lo largo de la historia, el de Crecente, Julio César García Luengo, se hizo eco de las protestas que se oían más allá de la carpa. El joven regidor aprovechó su intervención para sumarse a la queja de casi un centenar de padres por la pérdida del primer ciclo de la ESO y también reiteró a la conselleira su petición para que impulse el PXOM de este municipio.

Entre tanto las autoridades políticas y otras personalidades realizaban una visita al puente antiguo, los gritos de los manifestantes no dejaban de sonar. Los vecinos de Crecente aprovecharon la visita para protestar por el traslado de la ESO al instituto de A Cañiza. La medida, que se aplicará el próximo curso, implicará que los niños viajen 31 kilómetros todos los días.

Junto a sus carteles y pancartas, se encontraban los de los vecinos de Rebordechán. Cerca de 30 volvieron ayer a reiterar su petición de que se modifique el vial de reciente construcción que los obliga a realizar un rodeo de seis kilómetros como consecuencia de que se eliminara un cruce. «Perdemos tempo, cartos polas multas, e tamén resulta perigoso, xa que o tránsito de coches é continuo», apuntaron ayer los afectados mientras esgrimían sus carteles al paso de los coches oficiales.