Los hombres ya superan en número a las mujeres en 55 concellos gallegos

Xavier Lombardero

GALICIA

En 23 municipios de Lugo hay más varones, algo inusual en la pirámide poblacional de antaño

03 feb 2008 . Actualizado a las 02:15 h.

La pérdida de población en las comarcas interiores de Galicia no cesa y sus efectos se traducen ya en situaciones atípicas. En pueblos de montaña o con infraestructuras y creación de empleo insuficiente ya son más los hombres que las mujeres. Sucede en 55 municipios gallegos, 23 de ellos en la provincia de Lugo. Si el recorrido de la bonanza poblacional gallega discurre entre las ciudades y villas conectadas por autovía, el periplo del declive puede trazarse por los padrones de las cumbres: Cervantes, Becerreá, Navia de Suarna, A Fonsagrada, Folgoso do Courel... o concellos pequeños como los ourensanos de Baltar, Beade, Os Blancos, Castrelo do Val, Chandrexa, A Gudiña, Esgos y Oímbra.

También son menos las mujeres censadas en algunos municipios coruñeses como Aranga, Boimorto, Monfero u Oroso, mientras que las féminas solo superan al número de hombres en cuatro concellos pontevedreses: Oia, Marín, Rodeiro y Salceda de Caselas. Pero la evolución en la disminución femenina es especialmente constante en la provincia de Lugo, pues desde principios de este siglo, su tradicional mayoría ha invertido la tendencia en concellos como Muras, Paradela, Portomarín y Ribeira de Piquín. Parece claro que las mujeres abandonan sus lugares de origen en busca de las oportunidades que hoy día les ofrecen las ciudades más próximas.

La investigadora de la Facultade de Económicas de la Universidade de Santiago, María del Carmen Guisán, autora de estudios socioeconómicos y poblacionales, cree que lejos de estrategias como las caravanas de mujeres o la mejora de los índices de natalidad, la prioridad para socorrer a las comarcas rurales es dotarlas de empleo e infraestructuras adecuadas.

«Hemos trasladado el diagnóstico del problema a los Gobiernos de la Xunta de los últimos 30 años sin que nos hayan hecho caso. No es cuestión de subir la tasa de natalidad, el drama es que se nos van los jóvenes bien formados, con bachilleratos, formación profesional o carreras porque en sus pueblos no hay trabajo. Se necesitan planes de dinamización comarcal bien coordinados con los concellos, pero la Administración de la Xunta está muy fragmentada», dice esta investigadora, que junto a otras colegas (Teresa Cancelo, Ana Iglesias y Emilia Vázquez) ha abordado las perspectivas demográficas gallegas. «Para eludir los escenarios más pesimistas se precisa aumentar la tasa de natalidad en torno a un 20%, y la de empleo, sobre un 25%», indicaban hace años, de cara a una mejora en el 2011, con el objetivo de evitar que el peso poblacional de Galicia no caiga por debajo del 6% estatal (en las primeras décadas del siglo XX, antes de la emigración a Latinoamérica y Europa, representaba el 10%).

Las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística de cara al 2017 tampoco son buenas para provincias como Lugo y Ourense. En el primer caso, si en el 2007 contaba con 355.176 vecinos, las previsiones de aquí a diez años son un padrón de 316.934, con un descenso de 16.289 varones y 17.054 mujeres.

Lugo gana vecinos

En cambio, la capital lucense gana vecinos (un 0,43% en la última revisión) y se siguen construyendo barrios, aunque hay muchos pisos deshabitados. Son las mujeres las que más han engrosado el censo de la ciudad desde hace siete años. Unas 3.000 más que en el año 2000.

En el cómputo global del colectivo inmigrante, los hombres superan ampliamente a las mujeres y son A Coruña y en especial Pontevedra, las provincias más atractivas. Esta última ha ganado en el último año casi 4.000 trabajadores extranjeros afiliados a la Seguridad Social, mientras en Lugo han sido mil y en Ourense alrededor de ochocientos.