Personalidades de toda Galicia despidieron a Cuíña en su casa de Lalín

La Voz

GALICIA

30 dic 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

El domicilio de Xosé Cuíña en el lugar de Cardexía, en la parroquia lalinense de Filgueira, recibió en las últimas dos jornadas la visita de quienes fueron sus más allegados. La familia, que vela el cadáver desde su llegada a la casa el pasado viernes a las 14.30 horas, había expresado su deseo de no recibir duelo en el domicilio -hoy se instala la capilla ardiente en el salón de plenos del consistorio de Lalín, de 10 a 16 horas-, pero fueron muchas las personas que quisieron testimoniarle sus condolencias por el fallecimiento. Políticos, empresarios, amigos y vecinos de la comarca de Deza y de toda Galicia quisieron estar en Cardexía.

El ex presidente de la Xunta Gerardo Fernández Albor y los ex conselleiros José Antonio Santiso Miramontes, José Manuel Barreiro y Jaime Pita son algunos de los que acudieron ya en la tarde del mismo viernes. Ayer, la diputada popular María Jesús Sainz era una de las primeras en llegar al domicilio familiar; también lo hacían, entre otros, el ex alcalde de Ortigueira Antonio Campo o el ex conselleiro de Presidencia Dositeo Rodríguez, quien recordaba con afecto: «Fomos compañeiros de Goberno durante nove anos, foi un dos mellores conselleiros». Rodríguez destacó la capacidad de Cuíña para identificar los problemas de Galicia, y enfrentarlos «con moita valentía, intelixencia e traballo». También el presidente de Gadisa, Roberto Tojeiro Díaz, mostró sus condolencias a la familia, y Xosé Luís Barreiro Rivas.

La afluencia de gente se intensificó en una tarde gris y desapacible, con una niebla espesa y una pertinaz llovizna. Hacia las 17.30 horas, el presidente del PPdeG, Alberto Núñez Feijoo, llegaba con el presidente de la Diputación de Pontevedra, Rafael Louzán. Ya estaban en Cardexía José Luis Baltar, al igual que el viernes, y Xosé Crespo.

Una invitación para enero

Alberto Núñez Feijoo recordaba que Xosé Cuíña había invitado recientemente a todo el grupo parlamentario a una comida para el mes de enero en su molino de Prado, encuentro que ya no podrá ser: «Sabíamos que tiña algún problema de saúde, pero ninguén podía prever un desenlace tan rápido e fulminante». Da sobrada cuenta del balance vital de Cuíña, reseñaba Feijoo, «a xente que está aquí, e a xente que lle gustaría estar e non ven por non molestar, así como as decenas de testemuñas de condolencia e solidariedade que están chegando ao partido. Foi un home que en política o foi todo en Galicia».

José Luis Baltar destacaba el lado humano del político fallecido: «Foi un mazazo tremendo, porque aparte do político había entre nós unha amistade familiar. Conxeniamos dende o primeiro momento que nos coñecemos, tiña unha confianza extraordinaria en el, sempre estabamos pendentes nos temas persoais. E na política, recorrimos xuntos moitos avatares. Humanamente, perdemos unha gran persoa. E Galicia perde un dos políticos más brillantes dos últimos tempos», proclamó con emoción.