El líder del PPdeG aclara en una reunión del partido que no tiene previsto «foguearse» en Madrid, como le pidió Baltar
22 dic 2007 . Actualizado a las 02:10 h.El PP gallego ha pasado de encadenar dos derrotas dulces, pero derrotas al fin y al cabo, a saborear en toda su dimensión el agrio sabor de la oposición. El partido fundado por Fraga empieza a ser plenamente consciente de que, pese a ser la fuerza más votada en Galicia, desde las autonómicas del 2005 no hizo más que ceder poder institucional y cargar piedras a la espalda que, en gran medida, podrían complicar en el 2009 la escalada a la Xunta.
El primero en descubrirse en la nueva realidad es el líder del PPdeG, Alberto Núñez Feijoo, que junto a sus colaboradores más próximos está inmerso en la tarea de reordenar el trabajo de la oposición, por otra parte, la única que existe en Galicia. En un almuerzo de Navidad celebrado esta semana con los diputados y cargos directivos del partido, Núñez Feijoo dejó claro que el grupo parlamentario ha mejorado y empieza a trabajar más, pero todavía no lo suficiente.
«Podemos mejorar, os pido un esfuerzo mayor», reclamó Feijoo durante la comida, según las fuentes consultadas, recomendando además que en el mes de enero, pese ser inhábil a efectos parlamentarios, todo el mundo se abstenga de tomarse vacaciones, porque hay unas elecciones generales que afrontar en marzo.
El ruego de Feijoo a su gente muestra a las claras la descompensación heredada en el grupo del PP. Hay una decena de parlamentarios que focalizan el ejercicio diario de la oposición -como son Manuel Ruiz, Diego Calvo, Susana López Abella, Roberto Castro, López-Chaves, José Manuel Balseiro o Bernardo Tahoces-, pero entre los 37 también hay «entre quince e vinte deputados que nin están nin se lles espera», resumió un parlamentario desde las filas que apoyan al bipartito.
Con una labor de oposición fiada casi exclusivamente al Parlamento, con la excepción de la Diputación de Pontevedra y no tanto la de Ourense, donde Baltar va por libre, la inactividad es un lujo que puede costarle muy caro al PP y dejarlo en la oposición mucho tiempo. Eso sí, desde las filas conservadoras apuntan que «Feijoo exige, pero también es el primero en dar ejemplo». La cuestión es ¿cuánto aguantará? Por lo pronto, Feijoo aclaró en la comida que estará ahí hasta el 2009, al señalar públicamente que no tiene previsto «foguearse» en Madrid como ministro, en caso de que gane Mariano Rajoy, una recomendación que le hizo Baltar, como «síntoma de confianza».