Multan a un vigilante que trató de ahuyentar a un pescador con explosivos

GALICIA

17 nov 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

El responsable del Juzgado de Primera Instancia número 2 de Corcubión condenó a Jesús María Sar Barrientos, vigilante de la Cofradía de Muxía, como autor de una falta de lesiones, a un mes de multa con una cuota de 6 euros al día y a indemnizar a David Sambad Guisamonde con 1.000 euros por las heridas causadas.

Sambad denunció al vigilante en diciembre del 2006 después de que este le lanzase al menos una bomba de palenque cuando practicaba la pesca submarina entre la playa de Nemiña y el cabo Touriñán, en la costa de Muxía.

El juez considera hechos probados que «el señor Sar Barrientos, vigilante de la Cofradía de Pescadores de Muxía, al verlo, suponiendo que estaba ejerciendo la pesca furtiva, para lograr que desistiera de su proceder, arrojó al mar, en las proximidades del lugar en que se hallaba, una bomba de palenque que, al estallar en el agua, produjo al señor Sambad una serie de lesiones consistentes, según informa el forense, en un barotrauma acústico en el oído derecho, que tardó 60 días en curar». Al submarinista le quedaron secuelas «consistentes en acúfenos en grado moderado e hipoacusia neurosensorial leve», reza la sentencia.

La indemnización se basa en un cálculo estimado de los ingresos del lesionado, que cifra el juez en unos 1.000 euros.

El juez considera suficientes las declaraciones de dos testigos, uno de los cuales reconoció al autor del lanzamiento del explosivo y otro que vio su coche bajar a gran velocidad de la zona desde la que se había lanzado el cohete de feria.

«Por lo demás -dice la sentencia-, el testigo propuesto por el denunciado en su descargo ha sido claramente mendaz y no ha respondido a la verdad, pues al tratar de prestar coartada al denunciado diciendo que este el día de autos se encontraba en su bar tomando un café a la hora a la que sucedieron los hechos, al ser interrogado, en cambio sobre la fecha, dijo que no sabía con certeza el día pero sí que fue en verano, cuando en realidad los hechos sucedieron en diciembre del 2006».

Al parecer, el vigilante del pósito muxián habría recurrido a un método expeditivo para alejar furtivos, consistente en arrojar al mar las bombas a modo de carga de profundidad. Personas cercanas al submarinista lesionado cuentan que no fue solo uno el cohete que llegó al agua ese día, aunque la sentencia de Corcubión solamente prueba el lanzamiento de un explosivo al mar.

El juez considera leves las lesiones producidas, por lo que la falta es menor.

Entre la multa y la indemnización, Sar Barrientos deberá abonar un total de 1.900 euros, el precio por arrojar un explosivo al mar para hacer salir a un hombre que practicaba la pesca submarina.