Fernández-Galiano aduce que el gasto del Gaiás nunca debió ser «ilimitado»

GALICIA

El miembro del concurso de ideas se excusa en que los desfases en este tipo de proyectos son «frecuentes»

13 nov 2007 . Actualizado a las 02:12 h.

Su nombre fue decisivo, según algunos testimonios aportados a la comisión de investigación del Gaiás, para que Peter Eisenman se alzara con el proyecto de la Ciudad de la Cultura. Pero aun así, el profesor Luis Fernández-Galiano se esforzó ayer en defender la limpieza del trabajo hecho por el jurado del concurso internacional de ideas de 1999, del que formó parte, negando en todo momento que fuera objeto de presiones políticas por parte del ex presidente Fraga.

Fernández-Galiano compareció ayer ante la comisión del Gaiás, asistido por un traductor gallego-castellano, para explicar los entresijos de aquel jurado y negar cualquier implicación en la deriva presupuestaria que ha tomado el proyecto de la Ciudad de la Cultura, en el cual la Xunta ha comprometido ya 384 millones de euros (63.800 millones de las antiguas pesetas) frente a los 108 millones previstos inicialmente. De hecho, insistió en que «no es lógico» que se empezara a construir este complejo con un «presupuesto ilimitado» e insistió en que el propio jurado del concurso emplazó en sus conclusiones a Eisenman y a la Xunta a ponerse de acuerdo para fijar tanto el volumen de la obra, como «los aspectos técnicos y los costes».

En su intervención no ahorró algunas recomendaciones para que la obra siga adelante ni tampoco las críticas veladas hacia el arquitecto alemán Wilfried Wang, el miembro más crítico del concurso de ideas y que acusó al propio Fernández-Galiano no solo de ser la persona que movió las influencias dentro del jurado en favor de Eisenman, sino de ser el responsable de que el proyecto se duplicase respecto a lo previsto.

El arquitecto madrileño admitió que Wang tenía derecho a «expresar su voto particular», pero se mostró claramente discrepante con las recientes declaraciones hechas por el alemán, que cifró el coste final del proyecto en unos 600 millones de euros. «Es frecuente», dijo Fernández-Galiano, que se produzcan cambios de contenidos en proyectos de esta envergadura, «y por desgracia -añadió- también suele producirse un desfase en los presupuestos». Es más, se despachó con Wang diciendo que hacer vaticinios de desviaciones como los que hizo el alemán «es como pronosticar en un puente que habrá muertos en las carreteras».