Touriño dice ante los emigrantes que sus nietos tendrán la nacionalidad este año

Efe

GALICIA

También se refirió a que han terminado los tiempos en que se podía «traficar con las necesidades de la gente» del exterior.

07 oct 2007 . Actualizado a las 21:58 h.

El presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, destacó hoy en un acto con emigrantes en Buenos Aires que a sus nietos les será reconocida la nacionalidad española antes de final de año, y también se refirió a que han terminado los tiempos en que se podía «traficar con las necesidades de la gente» del exterior.

Así se pronunció el presidente de la Xunta en un acto en la capital argentina, donde esta tarde concluye su viaje a Argentina, para trasladarse a Montevideo, en que también mantendrá contactos con los gallegos del exterior.

Ante unas 1.500 personas congregadas en una carpa en un céntrico parque de Buenos Aires, el jefe del Ejecutivo gallego elogió la trayectoria de la emigración y dijo que el orgullo de sentirse «gallegos y españoles» ha hecho que «tuvierais el sueño», señaló a los asistentes, de que sus descendientes pudiesen obtener la nacionalidad.

«Hay un Gobierno y un presidente en España que, conmigo, es sensible a esta demanda de abrir las puertas antes de que termine el año a que todos los nietos» de residentes en el exterior tengan la nacionalidad, lo que corresponde determinar a la reforma del Código Civil, que se hará en el Congreso con la elaboración de la norma de adopciones internacionales.

«Gracias a esa pasión, afirmó el presidente de la Xunta», se ha conseguido este reconocimiento, y agregó que los nietos de la diáspora harán posible «que Galicia no muera en Argentina».

En su intervención, en un escenario con focos y altavoces, en el que antes intervino el grupo argentino-gallego Xeito Novo y presentó el actor gallego Celso Parada, Pérez Touriño también recordó el centenario del Centro Gallego de Buenos Aires y dijo que las obras sociales de la colectividad gallega en el exterior son «ejemplo para todo el mundo».

A este respecto, anunció que también antes de que termine el año el Gobierno autónomo remitirá al Parlamento la Ley de Galeguidade, que reconocerá, apuntó, que por primera vez se reconozca en una norma «la obra colectiva de la emigración», especialmente a los centros centenarios.

Igualmente, avanzó que esta norma dará representación orgánica a «todos y cada uno de vosotros», ya que hasta ahora los emigrantes no contaban con voz y voto y sólo la tenían los centros y, según fuentes de la Xunta, se hará hueco a ciudadanos, retornados y asociaciones.

Estas iniciativas, dijo el presidente de la Xunta, «no son dádivas ni regalías», sino el «cumplimiento de un contrato entre el Gobierno» y los ciudadanos en el exterior. Igualmente, recordó que ayer se inauguró en Buenos Aires la primer oficina de la Xunta en el exterior, ante lo que dijo que estará dotada de recursos y personal «al servicio» de los ciudadanos.

Desde ahora, en que funcionará la delegación del Gobierno gallego, dijo, «la Xunta estará más cerca de vosotros, que tenéis los mismos derechos» que quienes residen en Galicia. Igualmente, Pérez Touriño reiteró que esta oficina se ha abierto en colaboración con el Ministerio de Asuntos Exteriores y trabajará para hacer «más España y más Galicia».

En otro momento de su intervención, insistió en este mismo mensaje, cuando dijo que la Xunta trata de construir una red para defender la lengua y cultura gallegas y su identidad y para atender «a los gallegos y a los que no lo son, pero que son españoles iguales que todos nosotros, porque no queremos dividir, queremos sumar·»

La intervención del presidente gallego fue precedida de la presentación del actor César Parada, uno de los intérpretes de la serie de TVG «Libro de Familia», donde interpreta a un emigrante retornado.

En el acto hizo una extraña evocación del mundo de la emigración con referencias sexuales al mejillón o a los senos «como un tsumami» de su tía, que le daban ganas de mamar. También actuó con una figura de marioneta, un cura que presentó como reaccionario y cruel.

A la entrada a la carpa, a los asistentes se les entregaba un cupón con membrete de la presidencia de la Xunta, para recoger al terminar el acto una bolsa con unos sandwiches.