El buque que iba a reventar

GALICIA

15 sep 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Quienes hayan creído a los agoreros científicos minoritarios que pronosticaban que el Prestige iba a reventar cuando se detectaron las manchas de fuel en noviembre pasado seguro que respiran ahora aliviados. Habrá unos pocos decepcionados -los de siempre- que siguen soñando con el apocalipsis Prestige , ese que iba a llegar y nunca acudió a su cita. Pero las ilusorias profecías que surgieron a raíz de unos escapes que en realidad nunca fueron sellados encierran vicios más inconfesables que lo estrictamente cómico de algunos adivinos.

En la literatura pseudocientífica surgida sobre el asunto hay subvencionados permanentes que nunca soportaron el hecho de que la ingeniería de Repsol lograra extraer 14.000 toneladas de fuel del petrolero hundido en un tiempo récord que ellos consumirían en inútiles preliminares. De ahí que estos científicos contemplativos y sus seguidores aprovecharan la ocasión para cuestionar la operación, hacernos creer que todos habíamos sido engañados y dispersar el bulo de que en el Prestige había diez veces más toneladas que las declaradas tras el vaciado. En este espíritu cainita tan ibérico, una operación como la desarrollada en el 2004, que es ya una referencia tecnológica internacional, nunca va a ser alabada. Pero es decepcionante que llegara a ser tan cuestionada.

Aquel grupo de científicos que pronosticó el engaño hicieron sus cálculos desde sus despachos, muy lejos de la incomodidad de las tres campañas que ya se han realizado sobre los pecios, en las que se efectuaron mediciones profesionales sobre la carga que no deberían dejar lugar a las dudas. Pero en ese ambiente enrarecido pronto llegaron más anuncios de vergüenza ajena, como aquel que nos avisaba de que el fuel que salía de las fugas llegaría a la costa, o políticos que se apuntaron al carro sensacionalista para criticar una operación que su propio partido diseñó cuando estaba en el Gobierno.

Ahora sabemos que toda la marea negra que se nos avecinaba no supone más que trece litros al día, aunque a algunos les habría gustado que fuera una mancha del tamaño de Mallorca, como alguien se encargó de exagerar en plena lucha contra el fuel en el 2002. Es bueno apoyar la revisión del buque hundido, pero habrá que comprobar si la expedición que ha costado siete millones de euros ha logrado convencer a los supersticiosos.