Costas prevé construir un dique en la playa de Silgar, en Sanxenxo, para frenar la pérdida de arena

Nino Soto

GALICIA

28 ago 2007 . Actualizado a las 18:28 h.

El mar lleva más de 30 años tragándose la arena de la playa turística de Silgar, en Sanxenxo. A pesar de que el Ministerio de Medio Ambiente depositó en el 2002 y el 2003 sobre el arenal hasta 150.000 metros cúbicos de sedimentos, un experto en Geografía Física ya había advertido de que el problema era «prácticamente irresoluble».

Por ese motivo, la Dirección General de Costas prevé construir un dique de 150 metros de longitud para preservar la playa urbana más grande de la ría de Pontevedra, una actuación «para protección de la playa y retención de sedimentos». Aun así, incluso el departamento que dirige Cristina Narbona reconoce que el espigón «puede suponer un impacto visual sobre la zona». Medio Ambiente achaca el deterioro del entorno a las obras de construcción y ampliación del puerto deportivo Juan Carlos I.

Ahora, y cinco años después de la última regeneración, Costas pretende recuperar la playa con la aportación de 53.600 metros cúbicos de arena procedente, como en las dos ocasiones anteriores, de la desembocadura del río Mondego, localizada en Figueira de Foz (Portugal).

Para garantizar la retención de los sedimentos importados se proyectó un dique lateral con un cota de coronación de 4,5 metros. El espigón de escollera, semisumergido, comenzaría desde el lugar donde arranca el actual dique de abrigo del muelle de Sanxenxo.

Para Costas y otros organismos públicos, Silgar carece ya de calidad paisajística y sufre de un «alto grado de antropización de la zona», es decir, un elevado número de intervenciones del ser humano sobre un medio natural, en este caso, las edificaciones levantadas a lo largo del paseo. «No se observa que el proyecto vaya a producir impactos adversos significativos», subraya una resolución del Ministerio de Medio Ambiente para justificar que no es necesario someter la actuación al procedimiento de evaluación de impacto ambiental.

El dictamen fue firmado en julio por el secretario general para la Prevención de la Contaminación y Cambio Climático, y se publicó ayer en el Boletín Oficial del Estado. Medio Ambiente solicitó informes a numerosos organismos, entre ellos al Concello de Sanxenxo, la Consellería de Medio Ambiente, la Consellería de Pesca, el Centro Oceanográfico de Vigo y el Instituto de Investigaciones Marinas.

Asimismo, desde el ministerio se recuerda que saltarse el procedimiento de impacto ambiental no exime a Costas de obtener las autorizaciones ambientales correspondientes.

Protestas del Concello

De hecho, ante las protestas del Ayuntamiento de Sanxenxo y la posible afección a bancos marisqueros, Medio Ambiente le ha propuesto a Costas «el empleo de pantallas antiturbidez durante la construcción del espigón y vertido de la arena de realimentación de la playa».

Hace ya varios años que Costas maneja la construcción de un dique submarino para evitar la pérdida paulatina de arena y el correspondiente retroceso de la playa.

Por otro lado, el dique de escollera se acometería a partir de octubre, prohibiendo tajantemente obras en el medio marino entre los meses de junio y septiembre, «a fin de no afectar a los períodos de reproducción de las especies afectadas, ni a los meses de mayor turismo».

Para José Antonio Gómez, patrón mayor del vecino Portonovo, la construcción del espigón «es una exageración», aunque desde Costas se garantizó que la obra se ejecutará evitando los meses de mayor afección a la actividad pesquera, y contará con un plan de vigilancia.