El ADIF usa datos de Villar Mir para probar que apenas se daña la mina

Pablo González
Pablo González REDACCIÓN

GALICIA

CÉSAR QUIAN

El cambio de trazado queda descartado y las obras empezarán «lo más pronto posible» El plan para renovar la concesión refiere un afección incluso menor que la gubernamental

20 jun 2007 . Actualizado a las 07:00 h.

El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) y la Xunta guardaban ayer un as en la manga para la reunión técnica que ayer mantuvieron en A Coruña con los sindicatos sobre la afección del AVE a la mina de Serrabal en el tramo Vedra-Boqueixón. En vez de recurrir al informe encargado por el propio ADIF a la Universidad de Oviedo, que podría ser considerado parcial o «de parte», el presidente del ADIF, Antonio González, blandió el plan de explotación minera que la propia Ramsa, propiedad de Juan Miguel Villar Mir, presentó en la Consellería de Industria para renovar la concesión minera que caduca en enero del año que viene. Las conclusiones de este plan dejarían nulo margen de maniobra a quienes siguen pidiendo un cambio de trazado y abrirán el paso al inicio de las obras en la zona del yacimiento, pues los millones de toneladas de cuarzo que se dejarían de extraer, según las propias previsiones de la concesionaria, serían incluso menores que los que vaticinaron los técnicos que elaboraron el informe del ADIF. Así, mientras que la Universidad de Oviedo refería 1,4 millones de toneladas cuarzo metalúrgico, la cubicación de reservas de Ramsa apenas llega al millón. De la misma forma, las previsiones de la concesionaria sobre las reservas de la mina son aún más optimistas que la de los geólogos asturianos. Sólo en cuarzo metalúrgico, la empresa de Villar Mir la sitúa en 17,2 millones de toneladas, mientras que el informe del ADIF la limitaba a 10. La vida extractiva de la explotación es de 50 años para la empresa y de 48 para el Gobierno. Con todos estos datos sobre la mesa, tanto el presidente del ADIF, Antonio González, como la conselleira de Política Territorial, María José Caride, descartaron que el paso del AVE por la mina pudiera ocasionar pérdida de empleo. «Todo esto demuestra que la mina es explotable sin que esto tenga efectos en el empleo ni afecte a las plantas de Ferroatlántica», aseguró González, quien destacó que el nivel de afectación que reconoce la empresa en la zona de conflicto es del 5,3%, mientras que su propio departamento manejaba unos daños cercanos al 10%. Obras El presidente del ADIF confirmó que las obras en la zona de afectación a la mina comenzarán «lo más pronto posible» y matizó que el trazado ferroviario en esta zona no se encuentra paralizado, sino que las empresas adjudicatarias están trabajando en otras zonas. María José Caride fue taxativa al asegurar que «queda descartada» la tesis defendida por la empresa y los sindicatos de que la zona afectada por el paso del AVE es la más rica en silicio. Para ello recurrió a un mapa presentado por la empresa a la Xunta -que se reproduce arriba- en el que se detallan las zonas ricas en este material que puede ser utilizado en la fabricación de placas solares. Apenas una pequeña mancha aparece en la zona afectada por el trazado de alta velocidad. Tanto Caride como Antonio González recriminaron a la empresa que no hubiera intensificado la extracción en la zona afectada, tal y como se había pactado, mientras no se iniciaran las obras en la zona. El presidente del ADIF, por su parte, descartó que las voladuras de la mina supongan riesgos para el tren.