«No soy un asesino de truchas para sufrir una condena de cuatro años»

GALICIA

El empresario recurrirá la pena de cárcel porque en el juicio no testificó el agente del Seprona que inspeccionó los daños de un vertido a un río de Láncara y redactó el acta

01 jun 2007 . Actualizado a las 07:00 h.

Jesús Lence Ferreiro fue el primer empresario gallego en recibir un condena por delito ecológico que muchos calificaron de ejemplarizante. Un vertido de su fábrica de leche a un río de la localidad lucense de Láncara le costó una pena de 4 años de cárcel. Recurrirá al Supremo porque faltó al juicio el agente del Seprona que redactó el informe, a quien Lence considera un testigo esencial. -Además de los hechos juzgados ahora, de 1999, ya había sido imputado por otros vertidos del año 94. -Efectivamente. Pero no soy un asesino de truchas para sufrir una condena de cuatro años. Porque en el año 1994 pasó lo mismo y fui absuelto. También entonces hubo una tormenta corta e intensa que agitó la depuradora de la planta de Leite Río e hizo que no funcionase bien durante unos seis días, causando contaminación en el río. El agente del Seprona que levantó aquella acta del año 94, el señor Maseda, fue el mismo que redactó la de los hechos del 99. Pero por los primeros me absolvieron y por los de ahora me condenan, siendo similares. -¿Habría diferencias? -Eran los mismos. En el 99 se repitió una tormenta muy intensa y corta que provocó una tromba y similares daños en el río por los arrastres. Las diligencias, instruidas por el mismo agente, describen el Rego dos Troios, desde la depuradora hasta su desembocadura en el río Tordea, en Láncara. El acta refleja que las aguas iban blancas, y que la floresta del riachuelo estaba aplastada y manchada de barro. Igual aspecto presentaban las cunetas de la carretera N-VI en la zona, lo que demuestra la fuerza de la tormenta. Yo le pedí al agente del Seprona que mencionase todos estos indicios de la tormenta en el informe. Y los puso, pero diciendo que era mi manifestación, y no su propia constatación. Y el tiempo ha demostrado que lo que vale es lo que dice la autoridad, y no los demás. -Pero se supone que los jueces apreciaron todos esos matices durante el juicio. -El mencionado agente y testigo directo de los hechos, señor Maseda, estaba llamado como testigo al juicio y no compareció. Y yo creo que se debería haber parado la vista hasta escuchar la versión de un testigo tan importante. Espero que eso sea lo que ocurra con el recurso de casación que pediremos al Supremo. Respeto al tribunal, pero no comparto la sentencia. -¿Era inevitable entonces la mortandad de truchas? -Aún sin ese testigo, quedó demostrado en el juicio que hubo una tormenta y una tromba de agua muy fuerte, con arrastres, e incluso faltó la corriente eléctrica que impulsaba la depuradora. No se puede pedir a un juez que entienda de depuradoras, pero tampoco es de recibo que diga que estábamos obligados a encender grupos electrógenos para hacerla funcionar y reducir los daños. Hay que ser temerario para encender un grupo electrógeno durante una tormenta. Pero en cualquier caso, quedó demostrado que la planta de tratamiento fue alterada por la tromba de agua y necesitaría unos cinco o seis días para volver a funcionar bien. -Parece entonces que una lechería es una actividad con bastante riesgo de contaminación. -De hecho, tenía encomendado el mantenimiento de la depuradora a una empresa técnica externa, que se hizo cargo y pagó los daños del río en su momento. Por ello, ni Leite Río, ni su administrador ni sus trabajadores tenían responsabilidad en este asunto. -¿Y no cree que falta mucha concienciación sobre la contaminación medioambiental? -Si nos fijamos en los medios de comunicación, y en el tratamiento que se le da a casos como el mío, podríamos concluir que la preocupación y la sensibilidad sobre estos temas ya ha crecido mucho. Pero también hay que tener cuidado con los daños que se pueden hacer a las empresas con estas informaciones. De hecho, en juicios como el mío se ve que los periodistas tenéis mucha información, antes, durante y después del juicio. ¿Quién os la pasa y con qué fin? La contaminación es un grave problema, pero un exceso de información puede dar una imagen exagerada de un problema puntual.