El «Ostedijk» abandonó Galicia

S. Serantes / P. González VIVEIRO / REDACCIÓN

GALICIA

El buque puso proa ayer por la tarde hacia Bilbao, donde el propietario de los fertilizantes vendió la carga El alcalde de Viveiro anuncia que negociará infraestructuras para prevenir estos incidentes

28 feb 2007 . Actualizado a las 06:00 h.

?os restos del gabinete de crisis que se formó en la torre de control marítimo de A Coruña el pasado día 17 volvieron ayer por la mañana a la normalidad después de que la empresa que opera el Ostedijk , Navigia Shipmanagement, presentara el certificado de navegabilidad del mercante. Este era el último requisito para que el barco pudiera abandonar el lugar de fondeo frente a la ría de Viveiro, donde se realizó el operativo para interrumpir la descomposición de la mitad de las 6.000 toneladas de fertilizantes NPK triple 15 que transportaba. El certificado de navegabilidad, expedido por la sociedad de clasificación Bureau Veritas, dio constancia del buen estado del buque y de que está en condiciones de navegar, después de que los ingenieros navales que asesoraban al gabinete pusieran sobre la mesa la posibilidad de que las altas temperaturas tuvieran algún efecto sobre la estructura del bulk carrier . Antes, el armador había entregado otros dos documentos que daban garantías de que en la carga no se reiniciaría el proceso de descomposición y de que el agua inyectada en la bodega 2 del mercante no suponía un riesgo. Todos los requisitos se habían cumplimentado. También la descarga en Bilbao, destino final de las 3.000 toneladas de fertilizantes que quedaron intactas y que la empresa noruega Yara logró vender a una firma vasca. Preparativos para el viaje A las tres de la tarde de ayer, por la cubierta del Ostedijk comenzaron a moverse tripulantes. Iniciaban la maniobra de recogida del ancla que mantuvo al buque fondeado en la entrada de la ría de Viveiro desde el pasado miércoles. El humo que salía por la chimenea revelaba que el motor principal estaba en marcha. Lentamente, comenzó a navegar en dirección oeste, para virar en unos instantes. Veinte minutos después enfilaba en dirección contraria, rumbo este para poner proa al puerto bilbaíno por sus propios medios. Inicialmente, avanzó en dirección contraria el pequeño remolcador portugués que lo escoltó desde que el armador se hizo cargo del operativo. Cuando el Ostedijk ya había desaparecido de la bocana de la ría viveirense, el remolcador dio media vuelta para seguirlo por la popa y escoltarlo hasta su nuevo destino por si se sufre algún otro percance. Concluyó así un episodio que generó una importante alarma social en A Mariña lucense. «Foi todo unha comedia», resume Domingo Rey, patrón mayor de Celeiro. En nombre del sector pesquero, lamenta los perjuicios ocasionados a embarcaciones de bajura y de cerco celeirenses, que han iniciado los trámites para reclamar compensaciones. Especialmente crítico se muestra con la «falta de información». Sobre este aspecto incide Melchor Roel, alcalde socialista de Viveiro: «La falta de claridad y de capacidad de resolución restó credibilidad a las informaciones oficiales». Insiste en que a las autoridades locales les resultó «difícil gestionar la alarma social, especialmente porque es complicado entender por qué un incidente iniciado a 60 millas de Viveiro acabó aquí». Roel tiene intención de negociar con el delegado del Gobierno en Galicia «soluciones preventivas y dotación de infraestructuras y medios para evitar los posibles problemas» en el ámbito marítimo. El popular Jesús Novo, regidor de O Vicedo, coincide en la conveniencia de tener «os medios necesarios para afrontar este tipo de problemas, pois todos entendemos que este é un abrigo natural».