La Xunta desdeñó cuatro veces el gran complejo de rodaballo que Pescanova hará en Portugal

M. Sío Dopeso / M. Blanco VIGO / REDACCIÓN

GALICIA

Con la decisión, Galicia cede al país vecino el liderazgo mundial de cultivo de rodaballo

06 ene 2007 . Actualizado a las 06:00 h.

La Xunta rechazó hasta cuatro veces la propuesta de Pescanova de construir en cabo Touriñán una planta acuícola que probablemente supondría el proyecto más ambicioso de estas características a nivel mundial y que supone la pérdida para la comunidad de una inversión de 140 millones de euros. Tras ocho meses de infructuosas negociaciones, en las que la compañía constató el «desinterés» de la Administración por su proyecto, el grupo gallego decidió llevar su plan estrella a Portugal. En el país vecino no sólo ha sido acogido con los brazos abiertos y apoyado con subvenciones de hasta el 50%, sino que en tan sólo tres meses ha obtenido todas las licencias para que la instalación esté operativa a finales del 2007 y productiva en el 2008. Con la desestimación de esta macroinstalación acuícola, Galicia no sólo ha perdido una inversión millonaria. Los planes de producción de 7.000 toneladas de rodaballo en la nueva planta lusa de Mira arrebatarán a Galicia el liderazgo mundial que ocupaba en este cultivo (actualmente produce más de 3.000 toneladas) y situarán a Portugal como primera potencia, cuando los planes de expansión de la firma gallega para el país vecino eran mucho más modestos. Hay otra consecuencia. Y es que, con la planta de acuicultura que Pescanova se lleva a Mira se van también varias instalaciones fabriles para el procesado y transformación del rodaballo, que destinarán el 90% de su actividad a la exportación. Ahora se instalarán en el municipio portugués y, de entrada, darán empleo a 350 trabajadores. Aprobado por Narbona La piscifactoría de Touriñán era un proyecto avalado por el Gobierno de Fraga y que contaba incluso con la autorización de la actual ministra de Medio Ambiente, la socialista Cristina Narbona. El ex presidente de la Xunta había pensado en Touriñán para la revitalización de la comarca castigada de la Costa da Morte, fuertemente azotada por la catástrofe del Prestige . Pero al bipartito gallego no le convenció y, alegando el fuerte impacto que la nueva planta podría tener en el ecosistema de la zona (incluida dentro de la Red Natura), ofrecieron nueve emplazamientos alternativos a Touriñán. Siete resultaron inviables. Respecto a los otros dos, según la compañía, en ningún caso permitían materializar su ambiciosa inversión. Aún así, y al margen de la planta de Mira, Pescanova mantiene sus planes de apertura de otras dos piscifactorías en la costa lucense (en Xove y Ribadeo). Juntas suman una superficie de 300.000 metros y una inversión de 59 millones de euros. Pero, según los estudios del grupo gallego, ninguna de las dos tiene la capacidad productiva ni permitirá llevar asociados centros fabriles como la malograda planta de Touriñán que ahora echará a andar en Mira.