La Xunta creará un protocolo de seguridad para las guarderías

La Voz LA VOZ | SANTIAGO

GALICIA

BENITO

Un incidente en un centro de Pontevedra destapó las carencias El modelo servirá para unificar las decisiones y las actuaciones en casos de emergencia

04 ene 2007 . Actualizado a las 06:00 h.

El secretario xeral de Relacións Institucionais de Vicepresidencia, Antón Losada, confirmó ayer que la Administración gallega pondrá en marcha un protocolo de seguridad para los centros infantiles, con el que pretenden evitarse sucesos como el ocurrido el pasado miércoles en Pontevedra, en donde hubo que desalojar una guardería debido a un fuerte olor a gasoil, aunque finalmente todo se quedó en un susto. Lo cierto es que el protocolo, que estará listo en los próximos días, se aplicará en los centros públicos y privados dependientes de Vicepresidencia, lo que incluye también residencias y centros de mayores. Actualmente, estas instituciones ya cuentan con planes de emergencia y medidas de seguridad que corresponden por ley, pero de lo que se trata con esta norma es de fijar las responsabilidades en la toma de decisiones en situaciones de riesgo u otras anomalías, que corresponderán al director del centro, al delegado de Vicepresidencia en la provincia en la que suceda el accidente y al responsable del servicio de inspección. Antón Losada admitió que «episodios como este (el de Pontevedra) nos fixeron un descubrimento, que non hai ningún protocolo actual para situacións de emerxencia, que se xestionaban gracias á profesionalidade dos traballadores». El nuevo modelo servirá para unificar y para coordinar las actuaciones en todos los centros dependientes. Revisión Técnicos de la Consellería de Innovación e Industria y de Vicepresidencia visitaron ayer las instalaciones del centro infantil O Toxo, en Pontevedra, que ya quedó abierto a los menores. Los niños que van a esta guardería, más de cien, habían sido desalojados por un fuerte olor a gasoil que al parecer pudo ser provocado por la reciente revisión a que se sometió el depósito. Tras las inspecciones realizadas se llegó a la conclusión de que efectivamente el hedor se produjo tras la limpieza de la caldera, unido a la ausencia de lluvias y a que el centro estuvo cerrado. Los técnicos descartaron que hubiese complicaciones que pusieran en peligro la seguridad de los pequeños.