La Guardia Civil arresta in fraganti a un incendiario en Soutomaior

Xosé Carreira / Rocío García LUGO / A ESTRADA

GALICIA

Fueron detenidas otras dos personas, una de ellas por el fuego de Cerdedo, que fue liberada. Menos del 5% de los apresados en Galicia ingresan finalmente en prisión

07 ago 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

La Guardia Civil detuvo ayer a tres personas en relación con el fuego en Soutomaior, A Baña y Cerdedo, según informaron fuentes de la Xunta. El primero de ellos fue pillado in fraganti en el monte. El tercero, un joven de 24 años, fue apresado como presunto autor de varios incendios forestales registrados en el entorno del municipio pontevedrés de Cerdedo, entre los que estaría el que acabó con la vida de dos mujeres en Cotobade el pasado viernes. Horas después de su arresto, y tras ser interrogado, fue puesto en libertad por orden del juez. Los agentes inspeccionaron por la mañana el lugar donde presumiblemente se originó el foco, en Pena Vella, en la parroquia cerdedense de Pedre, e interrogaron a varios vecinos. Uno de ellos inculpó al joven y aseguró haberlo visto en ese lugar. Según el testigo, A.J.S.S. estaba en compañía de su hermano cuando supuestamente habría provocado el incendio. El hermano es menor de edad, por lo que no fue apresado. Una lucha ineficaz A propósito de las detenciones, fuentes de la judicatura aseguraron ayer que menos del 5% de los incendiarios arrestados en Galicia acaban ingresando en prisión. Según los datos aportados ayer por la Consellería de Presidencia, en lo que va de año la Policía Autonómica puso a disposición de los jueces a 35 personas, de las que Presidencia desconoce cuántas fueron encarceladas. «Los que están entre rejas pueden contarse con los dedos de una mano», expresó ayer un fiscal que pidió no ser identificado. En el 2005, de los 126 detenidos en la temporada de incendios, sólo seis recibieron orden de ingreso en prisión, y tres, en psiquiátricos. De los ocho arrestados a finales de julio en A Coruña y Pontevedra, sólo hay constancia de un ingreso en prisión. Mientras, un joven de 25 años que confesó ser autor de cuatro fuegos en Caldas tras ser detenido cuando huía de un monte de Soutelo quedó en libertad. Aunque los jueces precisan pruebas contundentes para enviar a alguien a la cárcel, el sistema presenta fallos: en la judicatura y la fiscalía no faltan voces críticas que aseguran que en ocasiones las medidas que se adoptan son sólo para «vivir del titular». Fuentes judiciales detallaron que la cifra de arrestos suele ser muy baja, y no por la ineficacia policial, sino por la propia dificultad que entrañan estas detenciones. La mayoría son por imprudencias, en quemas sin medidas de precaución. La colaboración ciudadana es escasa o nula, y apenas hay denuncias vecinales. «Un incendiario es muy difícil de capturar. Actúa en un monte, se escapa, todo se quema y desaparece cualquier indicio», expresó un agente que advirtió que no sólo se trata de detener, sino de encontrar pruebas para aportar en el juicio. Estos casos son resueltos por un jurado popular, integrado por personas con visiones muy distintas del fuego: hay antecedentes de personas sorprendidas in fraganti y luego absueltas. Por eso, algunas fuentes abogan por que sean juzgados por magistrados. Tampoco se escapa a las quejas de algunos sectores judiciales la lentitud del sistema. De hecho, todavía hoy está sin resolver el caso de cuatro miembros de una brigada de extinción de A Fonsagrada, detenidos por la Guardia Civil hizo el pasado mes un año.