Miles de vecinos despidieron a los tres jóvenes fallecidos en Ribeira

Jose Manuel Jamardo Castro
J. M. Jamardo RIBEIRA

GALICIA

S. BALVÍS

El entierro provocó el colapso de la carretera comarcal a su paso por la parroquia de Xuño El conductor del vehículo circulaba con un coche prestado al tener el suyo en el taller

09 jul 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

A última hora de la tarde de ayer recibían sepultura los tres jóvenes sonenses que perdieron la vida en un accidente de tráfico ocurrido en la madrugada del sábado en Oleiros, en el municipio de Ribeira. Miles de personas abarrotaban el atrio de la iglesia de Santa María de Xuño, donde tuvo lugar el entierro. La zona quedó colapsada media hora antes y tanto la Policía Local como agentes de la Guardia Civil tuvieron que intervenir para regular el tráfico debido a la gran cantidad de coches que intentaban acercarse hasta el templo. El accidente en el que perdieron la vida Juan Rafael Santos Sieira, de 28 años; Leticia Hermo García, de 18; y Elisabeth Calvo Canive, tuvo lugar sobre las cuatro y media de la madrugada del domingo en la AC-550, en el lugar de Oleiros, cerca del hospital comarcal. Resultó herida leve L.?G.?Q., de 17 años. Al parecer, el conductor del turismo perdió el control del coche salir de una curva peligrosa, posiblemente debido al exceso de velocidad. Como consecuencia del impacto fallecieron en el acto el piloto del Renault Mégane?, Juan Rafael Santos, y su acompañante, Elisabeth Calvo. La otra chica muerta, Leticia Hermo, fue evacuada al Hospital da Barbanza, donde pereció a primeras horas de la mañana. Las dos jóvenes que recibieron sepultura ayer residían en el lugar de Sieira, la aldea de donde era natural el parapléjico Ramón Sampedro. Los vecinos de la parroquia de Xuño estaban consternados con el suceso. Algunos comentaban que no recuerdan una multitudinaria manifestación de dolor como la vivida en la jornada de ayer. Los más viejos hacían mención al naufragio del barco Volverán , ocurrido hace más de veinte años, y en el que perecieron los cinco tripulantes. En aquella ocasión, el entierro tuvo lugar en la parroquia de Caamaño, al que asistieron unas seis mil personas. Vecinos de Rafael Santos comentaban que le gustaba mucho la velocidad y que apenas tuvo accidentes en la carretera. El coche en el que tuvo el accidente era prestado, pues el suyo lo tenía en el taller. La parroquia de Xuño, de unos 1.500 habitantes quedó consternada por el suceso. Precisamente ayer estaba prevista la celebración de la fiesta de la oreja. Los miembros de la comisión organizadora, a la que pertenecía uno de los fallecidos, decidieron suspenderla en un principio hasta la próxima semana, aunque ayer se barajaba la posibilidad de que de que este año no se celebrase.