Touriño defiende aplicar un canon del agua que no suba el recibo de la luz

Serafín Lorenzo SANTIAGO

GALICIA

Reafirma que Galicia debe ser compensada por la electricidad que genera Ve en el respaldo del Gobierno la prueba de que la Xunta trabaja «na dirección correcta»

06 jul 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

?l presidente de la Xunta abogó ayer por implantar un canon hidráulico que permita a Galicia obtener compensaciones económicas por la energía eléctrica que produce, sin que esa medida se traduzca en un encarecimiento de la factura de la luz que pagan los usuarios. Emilio Pérez Touriño argumentó que, aunque el establecimiento de un canon es la fórmula más viable para que parte de los beneficios que obtienen las compañías eléctricas con la explotación de los recursos hidráulicos gallegos reviertan en la comunidad, la solución final deberá ser «concertada, acordada e dialogada coas propias empresas». Touriño recordó, ante las preguntas de los periodistas sobre el posible impacto de esa tasa en el recibo que pagan los hogares y la industria, que Galicia es un país excedentario en la producción de energía, es decir, que genera y exporta más electricidad de la que gasta. Apuntó que esa coyuntura debe proporcionar a la comunidad «algún tipo de reversión, de compensación por esa exportación e achega de enerxía e de materias primas». Consenso y discrepancias El jefe del Ejecutivo autónomo significó que esa es una posición «compartida e común» dentro de la Xunta, una apreciación con la que diferenció el pleno consenso interno sobre la necesidad de establecer el canon hidráulico del debate que ha aflorado en los últimos días sobre el posible impacto que tendría esa medida en la tarifa de la luz que pagan los usuarios. Los socios del bipartito realizan lecturas divergentes al respecto. Mientras que el conselleiro de Innovación e Industria, el nacionalista Fernando Blanco, entiende que el canon elevará el coste del recibo; el responsable de Medio Ambiente, el socialista Manuel Vázquez, esgrime que la tasa que tendrán que abonar las empresas eléctricas nunca repercutirá en los bolsillos de los consumidores. Touriño escapó de esa dialéctica, pero propugnó que cualquiera que sea la fórmula que se adopte para que Galicia obtenga las compensaciones de las hidroeléctricas que explotan sus aguas deberá cumplir el requisito de no representar en ningún caso «unha repercusión e un gravame sobre os usuarios». El presidente recalcó en ese punto la viabilidad de habilitar un canon «que non distorsione o sistema tarifario, que non prexudique aos demandantes de utilización de enerxía eléctrica» y que, al mismo tiempo, proporcione a Galicia unas compensaciones que la Xunta entiende justas. Touriño concluyó que éstos son los parámetros con los que trabaja el Gobierno autónomo. El presidente interpretó como un espaldarazo a las gestiones emprendidas por el bipartito con ese propósito el apoyo que la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, expresó el miércoles el impuesto que pretende instaurar la Xunta. Narbona juzgó «perfectamente planteable» la posibilidad de que el Ejecutivo gallego pueda establecer mecanismos que graven a las hidroeléctricas por el uso que hacen de un recurso natural como el agua. Respaldó también la pretensión de la Xunta de renegociar los contratos y los términos de las concesiones de explotación de los embalses gallegos por parte de las empresas. Sintonía con Madrid En opinión de Emilio Pérez Touriño, las palabras de apoyo de la ministra suponen la prueba de que tanto la Administración del Estado como la gallega «están a traballar na dirección correcta». Después de saludar ese respaldo ministerial y considerar positivo que los dos Gobiernos coincidan «na misma liña de cooperación leal, tamén neste punto», el presidente enfatizó que el reto que las dos Administraciones tienen por delante es acertar en el diseño de las medidas más adecuadas para que Galicia reciba esas compensaciones, pero siempre con la condición de que las familias y las industrias gallegas no resulten perjudicadas por el encarecimiento de las facturas por consumo que ya pagan a la compañía que les suministra la electricidad. Esa repercusión convertiría en impopular un canon que se pretende beneficioso y justo para Galicia.