La Xunta abrió en lo que va de año 19 expedientes de maltrato a menores

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO

GALICIA

Si se mantiene esta tendencia, el número se incrementará considerablemente respecto al 2005 El Teléfono del Menor registró en el pasado ejercicio 1.306 llamadas

13 mar 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

Casos como el de Alba hacen saltar la luz de alarma de una realidad que es habitual para algunos niños gallegos. Hasta el 9 de marzo de este año la Xunta ha abierto 19 expedientes por malos tratos físicos a menores, la mayoría, en concreto 10, en la provincia de Pontevedra. Si se mantiene esta negativa estadística, la cifra de este ejercicio será significativamente superior a la del 2005, ya que si en todo el año anterior se abrieron 78 expedientes -una media de 6,5 al mes-, en poco más de dos meses ya se registraron 19, lo que implica una media de 9. La provincia de Pontevedra acapara la mayoría de los casos de malos tratos físicos a niños, con 48 de los 78 totales registrados en el 2005. En este sentido, A Coruña y Lugo, con 15 y un caso, respectivamente, presentan los datos más favorables. Tras el suceso ocurrido en Barcelona con Alba, la niña de cinco años en coma tras haber sufrido una paliza, numerosos sectores han puesto el grito en el cielo cuestionando qué falló en el sistema judicial, policial y de servicios sociales para llegar a ese extremo. Lo cierto es que las Administraciones públicas han establecido protocolos de actuación claros para detectar y hacer frente a estos casos, aunque en ocasiones la desidia, la lentitud o los fallos burocráticos acaban jugando en contra del pequeño. Las denuncias llegan a los servicios del menor a través de varias vías: pediatras, urgencias, Policía Autonómica -cuando hay una denuncia de un vecino o familiar-, Teléfono del Menor, la delegación provincial o el propio colegio. Lo más frecuente, indica José Manuel Suárez, del servicio de menores, son las llamadas a través de este teléfono (el 112), puesto en marcha en Galicia en el año 1994. Cuando llega esta denuncia, si se produce en horario de oficina, actúa inmediatamente el equipo del menor, y si existe una situación de riesgo para el niño se asume la tutela automática y se lleva temporalmente a un centro. Cuando la denuncia se produce fuera del horario de la Administración, todos los operativos concurren en los juzgados de menores, que cuentan con un listado de centros con plazas libres a los que llevar a los niños. En teoría, en todos estos casos se antepone la seguridad del menor a la presunción de inocencia de los progenitores. «Ante dos derechos, el del niño va por delante», señala José Manuel Suárez. Desde que se produce la tutela automática se abre un proceso de 72 horas de investigación para decidir qué hacer con el pequeño. Los progenitores, por su parte, tienen capacidad de presentar un recurso contra esta tutela. Cuando se constata que existe un caso de malos tratos, la Xunta actúa a través de varios programas en función de la evaluación de cada expediente. Las opciones en estos casos son: programas de acogimiento familiar del menor, ingreso en centros, y en los casos en los que se trabaja con la familia para posibilitar la reintegración de los niños existen planes como la atención de día integral o de integración familiar. También está en marcha un programa específico, ENMA, para intervenir en casos de maltrato y abuso sexual. Durante el pasado año, el Teléfono del Menor registró 1.306 llamadas en las que hubo que realizar un informe -algunas veces se comprueba ya que no hay ningún indicio de maltrato-, lo que supone un aumento respecto al 2004, cuando se recibieron 1.097. A pesar de que surgió como un instrumento para el niño, lo cierto es que la mayoría de las denuncias las hacen adultos.