El piloto de una avioneta de extinción muere en un accidente en Monterrei

La Voz LA VOZ | OURENSE

GALICIA

El fallecido era un profesional muy conocido y con gran experiencia

06 ago 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

El piloto de una avioneta dedicada a la extinción de incendios, Antonio Díaz Díaz, de 50 años, murió ayer en la parroquia de Medeiros, en el municipio ourensano de Monterrei, al parecer tras colisionar el aparato que conducía contra las ramas de un árbol. El piloto no acudía a sofocar un fuego de grandes dimensiones, pero debido a que el grueso de las aeronaves de la base de Sandiás (en la comarca de A Limia) se hallaban trabajando en otras zonas, Antonio Díaz se desplazó en la avioneta siniestrada, Sober 1 , desde la base de Doade, en el municipio lucense de Sober, hasta Ourense, en labores de apoyo. Este tipo de movimientos interprovinciales son muy frecuentes. Zona abierta El accidente se produjo en una zona abierta y sin dificultad para un piloto experimentado como el fallecido. En principio, y a expensas del resultado de la investigación, el suceso se atribuye a un pequeño toque de un ala de la avioneta con la rama de un árbol, cuando hacía una maniobra para abandonar el lugar. El incendio fue controlado con rapidez y se hubiera perdido en la estadística de los conatos de no haber mediado este fatal accidente. El siniestro ocurrió sobre las cuatro y media de la tarde. La aeronave volaba, al parecer, más bajo de lo que es frecuente y en una maniobra aparentemente arriesgada, por lo que el leve golpe contra el árbol habría precipitado la pérdida de estabilidad y posterior caída. La Xunta sostiene que se trataba de una maniobra de rutina. La avioneta, que se estrelló cerca de donde trabajaban los operarios de una de las brigadas de extinción, no llegó a explotar y resistió el golpe de forma aceptable. El cuerpo del piloto fue retirado del habitáculo por las personas que se encontraban en las inmediaciones del lugar, hasta donde se desplazó un helicóptero del SOS Galicia y una ambulancia. Pero nada pudieron hacer para salvar la vida del piloto, residente en el municipio de Láncara, casado, con dos hijos y muy apreciado en ambientes aeronáuticos de Lugo, ya que era habitual del aeroclub de Rozas. «Era un piloto muy experimentado con muchas horas de vuelo», dijo el conselleiro de Desenvolvemento Rural, Alfredo Súarez Canal, en Monterrei. El presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, también mostró sus condolencias. Tanto el piloto como el avión contaban con las licencias precisas, según destacó la Xunta en una nota, en la que también se indica que el fallecido contaba con más de 3.500 horas de vuelo, de las que 800 corresponden a extinción de incendios.