La lluvia ayuda a extinguir los fuegos que permanecían activos en Ourense

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GALICIA

PILI PROL

A última hora de ayer todos los incendios habían sido sofocados, según Medio Ambiente El foco originado el sábado en A Veiga obligó a reforzar los medios por tierra y aire.

20 mar 2005 . Actualizado a las 06:00 h.

Fina y suave, pero suficiente. La lluvia que ayer cayó en Galicia, y particularmente en las provincias de Lugo y Ourense, ejerció como el mejor antídoto contra los incendios forestales que asolaron la comunidad en los últimos días. Si la sequía ayudó a propagar el fuego, las bajas de personal de los servicios de extinción obligaron a los trabajadores en activo a redoblar esfuerzos. Aunque la jornada comenzó con múltiples incendios, la mayoría en la provincia de Ourense -en los municipios de Verea, Padrenda, Vilardevós, Oimbra y O Bolo-, a medida que transcurrieron las horas fueron perdiendo intensidad, y a última hora de la tarde la Consellería de Medio Ambiente confirmaba que ya no quedaba activo ningún fuego, si bien los servicios de extinción trabajaban en labores de enfriamiento y control para evitar reproducciones. La lluvia había resultado providencial. Uno de los últimos focos tuvo en jaque a la parroquia de Valdín, en A Veiga, donde Medio Ambiente concentró efectivos por tierra y aire para acabar con las llamas. También se registraron fuegos en los municipios lucenses de Muras, Cervantes, Guitiriz y A Fonsagrada, ya controlados y sin previsión de que se puedan reproducir. Desde Ourense, Fraga insistió en la relación entre el retiro de la Xunta en Ribas de Sil y la proliferación de incendios en la zona: «Si nuestra presencia aquí atrajo a algún vándalo de esos, a algún terrorista, pues yo no lo sé, pero no me extrañaría, conociendo a alguna tropa de la que nos rodea». Horas antes, Anxo Quintana, portavoz del BNG, había calificado de «intolerables» las alusiones a la intencionalidad política de los incendiarios.