Armani reanima la alta costura

Marta D. Brown

GALICIA

LYDIE

El genio de la moda italiana presentó su primera colección de gran lujo en una edición de la pasarela de París que cuenta con menos desfiles que nunca

24 ene 2005 . Actualizado a las 06:00 h.

La margarita del fin de la alta costura volvió a deshojarse ayer en París con un no rotundo a la desaparición de una forma exclusiva de entender la moda que hace del arcaísmo una virtud. Frente a la paulatina reducción de desfiles y modelos experimentada en las últimas ediciones, la moda francesa se sacó ayer un as de la manga al incorporar a su selecta nómima de participantes un nombre tan mítico como el de Giorgio Armani. A sus 70 años, el hombre que introdujo el traje masculino en el armario de las ejecutivas de los años 80, se estrenó en la pasarela más lujosa del mundo con una colección para este próximo verano enteramente dedicada a la noche y compuesta por 37 vestidos que sólo confeccionará por encargo. «Hay demasiada difusión y me gusta pensar que existe un nicho de mercado para este tipo de creación», afirmaba ayer Armani en Le Figaro para justificar así el primer salto de su carrera a la alta costura. Su colección, que inicialmente se iba a llamar Armani Atelier y finalmente bautizada como Armani Privé, estuvo dominada por el color negro y por ese poso de minimalismo que le han dejado sus creaciones de prêt-à-porter . Algunos expertos aseguraron que espeban más de un genio como el del italiano, que anuncia que en la próxima cita parisina, dentro de seis meses, presentará una colección más amplia que incluirá también modelos de día. En primera fila de su exclusivo desfile, se sentaron rostros como Penélope Cruz y Claudia Cardinale. Los quince trabajadores dedicados a su colección Privé, vienen en su mayor parte de los talleres de Versace, que hace ya dos temporadas que no se presenta en la alta costura. La casa italiana se dio de baja el verano pasado junto a otras míticas como Ungaro, Givenchy y Balmain. Más atrás queda aún la renuncia de Yves Saint Laurent a prolongar sobre la pasarela un negocio destinado a morir. Hace un año, los desfiles de alta costura eran veinte repartidos en cuatro días. El calendario de este año incluye 16 pases y dura tres días. Además, muchos de los participantes también han reducido el número de modelos que sacan en esta ocasión a la pasarela. Los responsables de la cámara sindical de la alta costura afirman que en la próxima convocatoria de julio el número de participantes volverá a aumentar, porque éste es un modo irremplazable para que una casa de costura se cree una imagen, una gran inversión promocional. El gran agitador de cada temporada, John Galliano, fue ayer la otra estrella de la primera jornada de desfiles con su habitual presentación para Dior. En esta ocasión, el gibraltareño apostó por una colección sin las teatralidades habituales en él y más cercana a lo que se puede poner en la calle. Según publicaba ayer la prensa francesa, Dior ha aumentado un 20 por ciento sus ingresos de alta costura gracias a sus clientas americanas y de Oriente Medio, muchas de las cuales ocupaban ayer el medio millar de asientos del público. Al término de una colección en la que los terciopelos rojos de cortes estilo imperio convivieron con ponibles abrigos de los años 60 que evocaban a maestros como Pierre Cardin y Courrèges, Galliano salió a saludar, a su manera, ataviado con un disfraz que era una mezcla de Napoleón, con el brazo derecho en el pecho, y un pirata.