El incendio de la carga de paja de un camión desata el pánico en Bande

La Voz P.S. | OURENSE

GALICIA

MIGUEL VILLAR

El fuego destrozó varios edificios, dos comercios y cuatro coches en el centro de la villa La ausencia de medios propios retrasó la extinción, a cargo de las brigadas forestales

28 ago 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

La segunda feria de agosto en Bande, que invariablemente se celebra los días 13 y 28 de cada mes, será recordada durante mucho tiempo por los vecinos de esta villa ourensana, que en torno a las doce y cuarto del mediodía se encontraron con un devastador incendio en el mismo centro de la localidad. Nacido en la inflamable carga de paja de un camión de gran tonelaje, acabó con dos edificios deshabitados, dañó seriamente diversas viviendas de edificios de plantas -alguno de reciente construcción-, arrasó una tienda de electrodomésticos y una mercería, y se llevó por delante cuatro automóviles estacionados en la calle Maestro Taibo donde se produjo el siniestro, a pocos metros del ayuntamiento y del lugar donde los feriantes instalan sus puestos. Milagrosamente no se produjeron daños personales, aunque varias personas necesitarán ser realojadas al quedar inutilizables sus viviendas. Averiada la motobomba del Concello de Bande y sin medios propios en la localidad para atajar el fuego, hasta que no llegaron las primeras brigadas contraincendios forestales, bien sobrepasada la media hora desde que el chófer del tráiler se percató del incendio y desenganchó la carga al ver que sus esfuerzos con un extintor eran inútiles, se vivieron momentos de gran tensión, pánico e incertidumbre. Humo y devastación Las llamas se propagaron con gran facilidad y tanto los perjudicados como los testigos no podían sino exteriorizar su rabia, obligados a tragarse su impotencia y asistir al dantesco espectáculo, sin opción alguna para acabar con un fuego que acabó siendo devastador. La imagen de Bande redordaba otro tipo de sucesos cuando ya las columnas de humo se desvanecían y las motobombas llegadas de Lobeira, Celanova y Quintela de Leirado agotaban su carga de agua para evitar reproducciones del fuego.