Beiras se codea con la «crème» en su nuevo papel político

Luis Villamor SANTIAGO

GALICIA

XOÁN A. SOLER

Crónica | Día a día del presidente del Consello Nacional del BNG El cargo creado a su medida en la última asamblea del Bloque, en la que dejó paso a Anxo Quintana como líder, le da tanto juego que se siente pletórico como nunca

22 abr 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

Es un poco la historia de un profeta que clama en el desierto. No es Beiras ciertamente aquel Jean-Baptiste Clamence de La caída , de Albert Camus, porque su discurso ha calado en este país hasta los 300.000 sufragios y le ha valido al BNG para ser la segunda fuerza política de Galicia en el 2001. Pero sus argumentos han resultado argamasa poco convincente a los poderes socioeconómicos, que en ningún momento han visto a este intelectual barbado, de pensamiento raudo y verbo encendido, como a un caballo de confianza. La que se necesita para alcanzar la presidencia de un país que, si por Beiras fuera, tendría perfiles republicanos. Beiras lo supo siempre y, con todo, se trabajó el flanco económico, y no solamente el de la pequeña y mediana empresa. Es más que probable que esta barrera insalvable haya sido decisiva en última instancia para que dejara paso, a sus ahora 68 años, a otro cartel electoral en el 2005. Pragmatismo ¿Pragmatismo? «Nas doses axeitadas e nas circunstancias que o esixan, pero non é o mesmo facer pragmatismo en Cataluña que en Galicia», analiza Beiras, mientras apura un cigarrillo británico, y traduce que la burguesía galaica no es homologable en su defensa del país a la mediterránea. Los nacionalismos catalán y vasco nunca tuvieron que salir de su joyciano exilio interior, de ahí su tendencia al pragmatismo. Esta sería la desventaja de Galicia respecto a los otros territorios del Galeusca. A este nacionalista «constructivista», como dice que le denomina Fernando Quesada, le gusta hablar de la «colonización ideolóxica e cultural» de Galicia. Se pregunta por qué en Cataluña no hubo nunca diglosia lingüística y en Galicia, en cambio, sí, y anuncia la pronta aparición de un segundo libro de «conversas». Acaso más de memorias que de conversas, como las de aquel Adriano, emperador hispano, que recreó en su día con éxito Marguerite Yourcenar. Beiras, ahora como presidente del BNG, dice sentirse «máis cómodo» que cuando estaba en primerísima línea. Da algunas conferencias. Interviene poco en el Parlamento y no protagoniza las sesiones de control al Gobierno, o sea a Fraga, con quien hizo historia, por un simple apretón de manos, tras doce años de ignorancia mutua. Sabe que dentro del frente nacionalista suscita pasiones en unos, y en otros su nombre resulta casi tanto como mentar la bicha. Su caso no es exactamente el de Arzallus. Beiras está aún, orgánicamente, in. Puede hablar a título individual, pero también, matiza, «como cargo unipersoal de máxima representación externa e interna do BNG».