Galicia pierde en Bruselas a su aliado en el reparto de fondos

Domingos Sampedro
Domingos Sampedro CORRESPONSAL | BRUSELAS

GALICIA

Chirac aleja a Michel Barnier del departamento de Política Regional en vísperas de que se abra la negociación para el reparto de las ayudas comunitarias

01 abr 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

Casi nadie dudaba que el comisario europeo de Política Regional, Michel Barnier, era el tentáculo de Jacques Chirac en Bruselas. Pero eso no le impidió a aquel saboyano de 53 años discrepar varias veces de su padrino político, y en asuntos tan importantes como el presupuesto comunitario, que Barnier siempre abogó por fortalecer con el fin de impulsar el desarrollo de los territorios menos prósperos de la Unión. El nombre de Michel Barnier ya sonaba, en el 2002, en las quinielas para el puesto de primer ministro de Francia. Pero fue a partir del pasado domingo, día que se confirmó la debacle electoral de la derecha neogaullista en las regionales, cuando el presidente Chirac pensó en un político como Barnier, con fama de metódico, europeísta y dialogante, para hacerse cargo de la cartera de Asuntos Exteriores. Adalid de la solidaridad Con su salida de la Comisión Europea, la política de solidaridad comunitaria pierde uno de sus mejores baluartes, al tiempo que Galicia se ve privada de uno de sus mejores aliados en la pugna que ya se ha abierto por el futuro reparto de las ayudas europeas. En Bruselas, Michel Barnier era el encargado de gestionar el 34% del presupuesto comunitario, los en torno a 40.000 millones de euros que cada año se destinan a las regiones que más lo necesitan en concepto de fondos estructurales y de cohesión. Era, además, un contrapunto a las voces que predican un adelgazamiento del presupuesto común, y no dudó en oponerse ferozmente a los jefes de Gobierno de Francia, Alemania, el Reino Unido, Austria, Suecia y Holanda, que en una carta conjunta reclamaban mantener el presupuesto comunitario por debajo del 1% del PIB de la UE, cuando la normativa vigente permite elevarlo hasta el 1,27%. No es de extrañar que comunidades como la gallega lleguen a extrañar a Barnier en Bruselas. Y no sólo Galicia. También Andalucía, Calabria, Creta, el Alentejo o los länder alemanes del Este. Sin ir más lejos, el diputado canario Francisco Hernández ya calificó ayer de «mala noticia para Canarias y para todas las regiones ultraperiféricas» la salida de Barnier del Ejecutivo comunitario. A un mes vista de la ampliación más grande de la historia de la UE, que obligará a dirigir la mayor parte de los fondos hacia los antiguos países comunistas, la vacante de Barnier será cubierta por el francés Jacques Barrot, presidente de la conservadora UMP (Unión por la Mayoría Presidencial) en la Asamblea Nacional. Está por ver, sin embargo, si Barrot será un subalterno de Chirac o si sabrá desempeñar sus funciones de comisario teniendo en cuenta los intereses de todos los territorios menos favorecidos de la Unión.