La chatarra que vino del espacio

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El mundo a los cuatro vientos Un objeto metálico que procede de los restos de un cohete lanzadera de la NASA cae en un pequeño pueblo de Argentina, que ahora quiere convertirlo en atracción turística

22 ene 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

«Era como una bola de fuego que se nos venía encima. De repente echó humo y dio un golpe en la tierra, tan fuerte que se asustaron hasta los animales». Lorenzo Arteaga, un obrero agrícola de San Roque, un pequeño pueblo de la provincia argentina de Corrientes, al noroeste del país, describe de esta manera el objeto que cayó cerca de la dehesa donde descansaba su ganado el pasado martes por la noche. Contado de este modo, parece el clásico relato de los testigos que aseguran haber visto un ovni. Pero lo que en realidad vio Lorenzo no era un artefacto de otro planeta, sino un trozo de «chatarra espacial». Los vecinos del lugar, reunidos alrededor del objeto metálico aún humeante, sacaban sus propias conjeturas, con comentarios que aportaban mucho a la imaginería y a las creencias religiosas. Así, en la reunión se pudieron oír frases memorables: «Es un castigo de Dios»; «seguro que dentro de eso hay algo malo»; «ya sabía yo que nos iba a pasar algo así»; «no lo toquen, vaya a saber qué puede pasarnos»; «Jesús, ¿de dónde habrá venido esa cosa?». Esfera quemada Con los sombreros en las manos y los ojos bien abiertos, los campesinos no salían de su asombro. Nunca habían visto nada parecido a aquella especie de esfera quemada y rota. Y era lógico, porque aquella pieza era parte de la tercera etapa de propulsión de un cohete lanzadera Delta 2, utilizado para colocar en órbita el satélite GPS Navstar 35, lanzado desde Cabo Cañaveral, en Florida, el 26 de octubre de 1993. O sea que de ovni, nada, aunque lo de extraterrestre sí podría aceptarse, teniendo en cuenta su procedencia más reciente. El objeto metálico tiene una forma ovoide y mide 3,7 metros de longitud por 1,7 metros de diámetro. Luce incluso una matrícula grabada en uno de sus lados (A 41-8 1060370501-S) y, junto a los números, la identificación «made in Italy». La repentina aparición del aparato hizo necesaria la intervención en primera instancia de la Fuerza Aérea Argentina, aunque después la investigación fue asignada a la Comisión Nacional de Actividades Espaciales, que pudo determinar con precisión el origen del extraño objeto. Fernando Colón, miembro directivo de esta comisión, explicó que la pieza metálica que cayó en la provincia de Corrientes «es un resto del satélite». «Podemos confirmar que no tiene ningún tipo de radiación peligrosa. Ésa fue la primera prueba que hicimos», aclaró. Según Colón, ya estaba previsto que el objeto cayese por aquella zona. «No sé por qué la NASA no habrá avisado. Pero, igualmente nunca nadie murió porque haya caído una chatarra espacial», afirmó. Despejadas las dudas, y admitiendo que podría haber ocurrido una desgracia si el objeto hubiera caído en un sitio poblado, el alcalde del pueblo quiere ahora que el trozo de chatarra espacial sea declarado «atracción turística». Para ello, ayer mismo fue trasladado muy cerca del Ayuntamiento. Un vecino adelantado, y desesperado con la impaciencia, tomó un trozo de madera oscura y pintó en él, con letras blancas y desordenadas, un cartel que colocó junto al que indica la entrada al pueblo: «Visite el ovni de San Roque a dos kilómetros».