Llega un temporal con lluvias y vientos del Oeste muy fuertes

Montse Carneiro REDCCIÓN

GALICIA

Las rachas arreciarán mañana hasta los 80 kilómetros por hora

28 oct 2003 . Actualizado a las 06:00 h.

El tiempo de invierno ya es un hecho. Después de la ola de frío que sacudió la Península la semana pasada las borrascas del Atlántico empiezan a bajar en procesión y mañana darán lugar a la formación del otro gran fenómeno invernal gallego: un temporal del Oeste con vientos muy fuertes que podrían superar los 80 kilómetros por hora en las zonas costeras. Las lluvias ya empezarán a caer esta mañana y a medida que avance el día se irán extendiendo a toda la comunidad. Proceden del Norte y las envía un frente asociado a una borrasca de 990 milibares que se está formando sobre las islas Británicas. Un centro de bajas presiones que forma parte de un complejo sistema de borrascas extendido por toda Europa central y septentrional, y que irá acercándose a la Península en las próximas horas a la vez que aumentará su profundidad hasta los 970 milibares previstos por los modelos para las seis de la tarde de mañana. En ese momento, la influencia sobre Galicia será máxima. Las lluvias, que hasta entonces tendrán carácter moderado, alcanzarán intensidades fuertes a última hora del día; y los vientos, que ya empezarán a arreciar esta tarde, entrarán en la franja de «muy fuertes» con rachas máximas de 70 a 80 kilómetros por hora. El viernes amainará ligeramente. El viento rolará al Noroeste y sólo soplará fuerte en el tramo litoral de Estaca de Bares a Fisterra. Pero las lluvias ya no se marcharán. Según las estimaciones realizadas ayer por los expertos de MeteoGalicia, la gran inestabilidad que se está observando en el Atlántico norte, con aire frío y bajas presiones también en las capas medias de la atmósfera, seguirá alimentando el mal tiempo al menos hasta el domingo. El origen del viento Curiosamente, y a pesar de esa situación condicionada por las borrascas atlánticas, es un anticiclón (el de las Azores) el que está contribuyendo de forma decisiva al temporal. Y la explicación está en el propio proceso de formación del viento: las diferencias de presión atmosférica entre dos puntos del planeta dan lugar a un movimiento horizontal del aire desde las altas presiones (anticiclones) a las bajas (borrascas), que ejerce un papel fundamental para el transporte del vapor de agua y el intercambio de calor entre unas zonas y otras. Su velocidad será mayor cuanto menor sea la distancia entre las altas y las bajas presiones y, en este caso, el anticiclón de las Azores está potente (1.035 milibares) y muy cerca de la borrasca (casi en su misma latitud pero adentrado en el Atlántico), de modo que el único mecanismo conocido para salvar esa diferencia de 65 milibares en tan poco espacio es arreciando en intensidad, que es lo que pasará ahora.