Un vasto anticiclón augura un arranque de agosto seco y soleado en Galicia

Montse Carneiro REDACCIÓN

GALICIA

Las altas presiones forman un pasillo desde las Azores hasta Finlandia que bloquea la entrada de las borrascas La bonanza durará al menos diez días y podría causar tormentas ocasionales.

30 jul 2003 . Actualizado a las 07:00 h.

El tiempo de la canícula llega hoy a su ecuador con los mejores augurios para los ávidos de sol y achicharramiento. La formación de un anticiclón de bloqueo al norte de la península escandinava dará lugar en los próximos días a una situación de gran estabilidad atmosférica, que impedirá la entrada de las borrascas procedentes del Atlántico noroccidental. Galicia disfrutará de una sucesión de cielos despejados, altas temperaturas y el agua de las tormentas como única y ocasional precipitación. La calma meteorológica es tal que los expertos de MeteoGalicia se aventuran a predecir el tiempo más allá de las 72 horas de rigor. Hablan de finales de la semana próxima como horizonte máximo predecible, aunque la ola de calor podría prolongarse por encima de ese plazo. De concederle alguna fiabilidad a las cabañuelas (o témporas), ese método tradicional de predicción según el cual el comportamiento del tiempo en los primeros doce días de agosto se correspondería con el de los doce meses siguientes, Galicia y buena parte de Europa gozarían de un otoño, un invierno y una primavera sin sombra de nubes. No será así, pero el bochorno que se espera para los próximos días compensará por lo menos la temperatura media de julio, que acabó por debajo de los valores climáticos para ese mes. En cuanto a las precipitaciones, y contrariamente a lo que podría parecer por los chaparrones del 15 y el 26 (en Lourizán cayó en un día el doble de lo previsto para todo el mes), los días de lluvia se ajustaron a los promedios de julio en el período 1971-2000. A corto plazo, esta tregua anticiclónica podría desencadenar tormentas ocasionales en las comarcas del sur de Galicia. Las altas temperaturas provocarán un sobrecalentamiento del aire superficial, que se hará más liviano, ascenderá hacia las capas altas y, al entrar en contacto con el aire frío superior, se condensará, formando las famosas nubes de evolución. A partir de ahí, cuanto mayor sea la diferencia de temperatura entre estas dos masas de aire, los movimientos ascendentes serán más violentos, las nubes alcanzarán mayor desarrollo vertical y las tormentas tendrán el cielo abonado. Este fenómeno podría producirse el sábado por la tarde y supondría un buen refresco, en vista de las temperaturas que se esperan para el fin de semana: las máximas no bajarán de los 26° y en Ourense se instalarán en torno a los 36°. Y durarán. El viejo refrán de «agosto, frío en el rostro» no se corresponderá con la realidad, al menos, en la primera quincena del mes, justo los quince días que ponen fin al período más caluroso del año en términos estadísticos, Más allá nada se sabe.