Mucha lluvia en Difuntos, y el domingo, la bendición del sol

Montse Carneiro REDACCIÓN

GALICIA

31 oct 2002 . Actualizado a las 06:00 h.

«Marzo trae las hojas y noviembre las despoja». Por fin ha llegado el mes de las castañas, el cerdo y el vino, el mes que le saca el rubor a los árboles. Es el momento de subir a los montes a flipar por colores, humedecerse con cuidado y recoger lo que se pueda, frutos, semillas, hongos, hojas, encarnadas, amarillas, anaranjadas, pardas, granates, doradas, azules, púrpuras, rosadas, verduzcas... Un espectáculo. A estas alturas de año, la disminución de la luz del sol detiene el proceso de fotosíntexis de las plantas, que dejan de producir la clorofila que las hace verdes. De ahí el color de la tierra. En los cielos, el gris espanta al azul: gris claro de los estratos (manto de nubes bajas que permiten el paso del sol) y gris oscuro de los nimboestratos (las que cubren toda la bóveda y hacen que, siendo de día, parezca de noche). Estos dos genéros de nubes, los más aburridos de los diez que existen, son los que se podrán ver este fin de semana de muertos. Habrá otras más vistosas, pero al originarse a mayor altura quedarán ocultas por los nubarrones de la lluvia. Porque va a llover. Hoy un poco, mañana mucho y el domingo algo menos. La situación es más o menos la misma que se registró en octubre: hay una borrasca en el Atlántico, al oeste de Irlanda; un anticiclón en Azores; y, en el medio de los dos, queda Galicia. Son dos influencias de naturaleza contraria que desencadenan tiempos distintos según su potencia y su proximidad a nosotros. De hecho, si no fuera porque la borrasca del Atlántico es muy potente (968 milibares a media tarde de ayer) y nos cae cerca, el anticiclón sería el fenómeno dominante. Y esto es un consuelo: una vez que pasen los frentes de esta borrasca y su núcleo se aleje hacia el Norte, a partir del domingo, el buen tiempo volverá. Será poco a poco y durará hasta que aparezca otra borrasca activa o cercana, o hasta que el bueno del anticiclón se desplace hacia el sur, como le corresponde con la llegada del invierno. La cuestión que es hoy estará nublado y mañana no dejará de llover. El viento será fuerte entre Fisterra y Bares y soplará del sudoeste, la dirección cálida, la causante de que las temperaturas mínimas superen con mucho la media de esta época del año.