El tramo Santiago-Silleda de la autopista a Ourense estará finalizado en diciembre

S. LORENZO SANTIAGO

GALICIA

PACO RODRÍGUEZ

Así lo anunció ayer Xosé Cuíña, que anticipó que el peaje del vial será similar al de la A-9 El primer tramo de la autopista entre Santiago y Ourense, 33 kilómetros que enlazarán la capital gallega con Silleda, entrará en funcionamiento el 22 de diciembre próximo. La concreción del plazo fue la noticia que saltó en la expedición que Cuíña y el secretario de Estado de Infraestructuras, Benigno Blanco, encabezaron por los terrenos en obras. El recorrido finalizó en Silleda, donde Cuíña reiteró que el vial tendrá un peaje similar al de la autopista A-9, que calificó como uno de los más bajos de España.

04 jun 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

Cuíña estaba ayer en su salsa. A pie de obra, rodeado de cámaras y de terrenos listos para recibir el cemento. El conselleiro de Política Territorial organizó una de sus habituales expediciones para levantar acta de la marcha de los trabajos en la autopista que unirá Santiago y Ourense. El de Lalín mandó parar la caravana de vehículos todoterreno en la entrada del viaducto sobre el Ulla, en el kilómetro 17. Y jugó a poner en aprietos al gerente de la UTE (Unión Temporal de Empresas) que se encarga de las obras. «¿Y el día 22 de diciembre, dónde estaremos?», inquirió Cuíña. «Pues celebrando el paso por este tramo de la autopista», replicó el gerente. En ese plazo, se abrirán al tráfico los primeros 33 kilómetros de un proyecto que comenzó a gestarse en 1993. Fenómeno. Todos contentos y rumbo a Silleda por la sinuosa N-525. Por las mismas curvas que seguirán padeciendo los conductores que se resistan a rascarse el bolsillo. Cuíña insistió en que el peaje de la autopista será «de los más bajos de España». Eso equivale a una tasa similar a la que se paga en la A-9. Fomento y la Xunta firmarán un convenio por el que la titularidad de la segunda fase, entre Dozón y Ourense, será del Ejecutivo gallego. Precisamente, porque el ministerio se negó a financiar esa parte. La Xunta aportará el 65% y pretende que la iniciativa privada aporte el 35% restante.