Los obispos vascos creen que la ilegalización de Batasuna agudizará la confrontación

JOSEBA GARCÍA BILBAO

GALICIA

Los representantes de las tres diócesis suscriben una pastoral conjunta que arremete contra la reforma de la Ley de Partidos Los obispos vascos opinan que «no todo vale» en la lucha contra el terrorismo y, en una pastoral firmada por los responsables de las tres diócesis, presagian que la ilegalización de Batasuna tras la aplicación de Ley de Partidos tendrá como consecuencia una mayor confrontación social y un empeoramiento de la situación de los amenazados.

30 may 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

Los prelados apelan al diálogo como vía para la resolución del denominado «conflicto vasco», destacan que todos los partidos deben ceder en sus posturas y rechazan que se utilicen como «dogmas» tanto la aspiración soberanista como la integración en el Estado. Los obispos de Bilbao, Ricardo Blázquez, de San Sebastián, Juan María Uriarte, y de Vitoria, Miguel Asurmendi, difundieron una carta pastoral titulada «Preparar la paz» en la que advirtieron de que «nunca se debe traspasar el umbral de los derechos inviolables de las personas». Por ello, los prelados mostraron su «temor de que la ilegalización de Batasuna tenga consecuencias como el deterioro de la convivencia y agudicen la división y la confrontación», a la vez que presagiaron que con la aprobación de la nueva Ley de Partidos, la seguridad de las personas amenazadas por el terrorismo de ETA pueda volverse «más precaria». Empujados por la presión de las bases de la Iglesia vasca, fundamentalmente de sectores próximos a la pastoral obrera, y transcurrido un año de las elecciones, los obispos calificaron de «duro» el momento presente que se vive en Euskadi enmarcado por la «conflictividad» diaria. No ocultaron su preocupación porque los partidos mantengan «casi intactos los graves desacuerdos anteriores» a las elecciones del 13 de mayo del 2000. Los obispos reiteraron el rechazo y condena a la violencia y aclararon que «ETA debe desaparecer», ya que «al margen de la violencia que practica últimamente (sic.) y de manera especial contra los concejales de PP y PSOE, constituye un fuerte obstáculo para que los desacuerdos políticos existentes se planteen correctamente y se aborden con serenidad». No hay dogmas políticos Para los máximos representantes de la Iglesia vasca, «ni la aspiración soberanista, ni la adhesión a un mayor o menor autogobierno», así como las preferencias por una integración «más o menos estrecha» al Estado, son «en principio dogmas políticos que requieran un asentimiento incondicionado».