Cascos obvia la demanda del Noroeste de acelerar el AVE y fija el plazo en el 2010

GALICIA

El ferrocarril de alta velocidad llegará a Cataluña con cinco años de adelanto sobre Galicia El ministro de Fomento esquivó la demanda de los presidentes de las comunidades del Noroeste gobernadas por el PP para acelerar la entrada en servicio del AVE y refrendó las previsiones de concluir las obras en el horizonte del año 2010. En la clausura de la cumbre del Noroeste organizada por el PP en A Toxa a mayor gloria del ministro, Cascos aludió al compromiso del Gobierno de cancelar en ese plazo la «deuda histórica» con Galicia en materia de infraestructuras, un déficit que atribuyó a la etapa socialista. Fraga se arrogó ante Cascos la capacidad de implicar al capital privado en obras públicas.

24 may 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

Cascos dejó sin guinda el pastel. Los dirigentes del PP en las comunidades del Noroeste demandaron un recorte en los plazos del AVE, pero Álvarez Cascos había desembarcado en A Toxa para recoger laureles y no para adquirir el compromiso requerido. Galicia tendrá que esperar al 2010 para subirse al tren de la alta velocidad, mientras el corredor Madrid-Barcelona estará listo a finales del 2004. Por lo demás, la cumbre popular dejó un manifiesto, en el que queda constancia de esa petición de las comunidades que eludió el ministro, y una batería de críticas a discreción de los años de Gobierno socialista. Fraga corroboró con lirismo el objeto del foro, al presentar al político asturiano como «el protagonista de esta reunión». Igual que en el drama griego invocado por el de Vilalba, Cascos fue la figura central y el resto de los oradores ¿entre ellos, los presidentes de Castilla y León, Cantabria y Galicia¿ el coro encargado de rendir pleitesía. A Fraga, que gusta de ensalzar al ministro como digno sucesor de Jovellanos, sólo le faltó postular a su ahijado político como candidato a la sucesión de Aznar. Aunque insinuó una posición de aspirante «a lo más alto». El ministro, quizá a modo de respuesta, añoró su paso por la secretaría general del PP y lamentó la falta de oportunidad para expresarse «en el lenguaje del partido». Y a eso se dedicó durante cincuenta minutos de alocución centrada en repasar cada una de las obras incluidas en el Plan de Infraestructuras 2000-2007, que, como él mismo recordó, ya presentó en todas las comunidades afectadas con el simposio Viaria. Su exposición tuvo un único hilo conductor. El PSOE benefició al sur y marginó al Noroeste; tuvo que llegar el PP para reparar la deuda. Cascos machacó el mensaje. Los socialistas lo hicieron muy mal. Sólo el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, había colado la demanda solapada entre las loas al ministro: «El debate de las infraestructuras es el debate del tiempo». Los responsables del PP en las comunidades del Noroeste se quedaron sin el compromiso que querían escuchar.