Galicia afronta el siglo XXI con un dinamismo que le sitúa en el mejor momento de su historia

MONTSE CARNEIRO A CORUÑA

GALICIA

La cohesión social y el avance económico deben hacerle frente a la crisis demográfica y el abandono del medio rural La situación general de Galicia al arranque del siglo XXI se distingue por un dinamismo social inimaginable hace apenas dos décadas. Al amparo del autogobierno se ha articulado una nueva sociedad, más cohesionada, que pone fin a un atraso secular y sitúa a la comunidad en el mejor momento de su historia. Nunca se estudió tanto, nunca hasta ahora se habían universalizado los bienes y servicios. En 1997, el número de líneas telefónicas era de 942.000, duplicando a las de quince años atrás; e igual avance experimentaron las matriculaciones de vehículos: frente a las 3.071 mensuales de 1981 están las 6.600 de hoy. Las estadísticas, veinte años después, son concluyentes.

24 jul 2001 . Actualizado a las 07:00 h.

La vertebración social, sin embargo, ha corrido en paralelo a la crisis demográfica. De persistir la tendencia, el envejecimiento de la población podría suponer una amenaza para una sociedad que necesita del brío de los jóvenes para sostener su actual ritmo de crecimiento. Galicia tiene 2.730.337 habitantes (81.000 menos que en 1981) y, de ese total, cerca del 20% tiene más de 65 años; y sólo el 21%, menos de 19. Si se comparan estos datos con los de 1981 (13% de pensionistas y 31% de jóvenes), la falta de relevo generacional es irrebatible. La marcha de la economía ha tenido avances y retrocesos. Un PIB de 5,5 billones de pesetas, con un crecimiento superior a la media europea; un tejido empresarial pujante, con baluartes como Inditex y una decena de sociedades cotizando en Bolsa; y el volumen de exportaciones, que ya supera el billón de pesetas, sirven de contrapunto a la tasa de paro, aún elevada (14,2%), y a la crisis del campo y la pesca. La radiografía de las ciudades revela, en cierto sentido, un punto de inflexión en la evolución del país. Es el espejo de la apertura, el dinamismo, el contraste. Un auge que se ha extendido al medio rural, en horas bajas, pero aun así empeñado en la búsqueda de la modernidad.