El informe del accidente de Brués apunta como única causa la indisposición del chófer

PEPE SEOANE OURENSE

GALICIA

SANTI M. AMIL

La Guardia Civil descarta el fallo mecánico y el «sabotaje» al autocar que se cayó de un puente el 10 de abril causando cinco muertos El accidente de tráfico que el pasado 10 de abril costó la vida a cinco personas y heridas a otras siete, al despeñarse por un desnivel un autobús de pasajeros, se produjo a causa de una enfermedad o indisposición súbita del conductor. A lo largo de más de doscientos folios, el informe técnico documentado y aportado por la Guardia Civil al Juzgado de Instrucción número 2 de O Carballiño descarta expresamente cualquier otra posibilidad, desde el fallo mecánico y la implicación de cualquier otro vehículo hasta un hipotético «sabotaje», sobre el cual se llegó a especular, debido a los conflictos laborales registrados en la empresa.

25 may 2001 . Actualizado a las 07:00 h.

Las conclusiones del informe dejan muy poco margen a la controversia. No hubo velocidad inadecuada; no se produjo un reventón de las ruedas antes, durante o después del suceso; no hubo exceso de horas de conducción ni falta de descanso; no existió reacción del conductor en el momento del siniestro; no hubo implicación de otro vehículo y tampoco existió fallo mecánico. Descartadas todas esas posibilidades, el suboficial que suscribe el informe expresa su «total creencia» de que la «única» causa posible, eficiente y principal, «sin la cual no se hubiera producido» el accidente, fue un enfermedad súbita o indisposición del conductor, que le llevó a perder el control de los mandos del vehículo. Sin resultados definitivos El estudio de la Guardia Civil recoge las «lógicas reservas» por la imposibilidad de documentar esa conclusión al carecer de los resultados definitivos de la autopsia del conductor, y descarta y argumenta el amplio abanico de causas posibles del accidente. Reafirma de forma categórica que el malogrado conductor, Andrés Rivero Estévez, «ejerció una conducción en todo el trayecto, desde su inicio en Vigo hasta el lugar del siniestro, totalmente adecuada y con una buena dosis de prudencia». Además, resalta que en el lugar donde se inició la salida de la vía no existía limitación de velocidad, y la del autobús, según acredita la lectura de los tacógrados, era la correcta.