En siete ayuntamientos gallegos, nunca ha habido una mayoría absoluta de concejales

ANXO LUGILDE A CORUÑA

GALICIA

ANA ESPIÑEIRA

Ferrol, Narón, Valdoviño, Marín, Rairiz de Veiga, Ribadavia y A Rúa han sido gobernados siempre sin el dominio total de un partido Coaliciones, pactos, acuerdos de gobernabilidad son fórmulas políticas pasadas de moda en Madrid y mucho más en Santiago y en las cuatro diputaciones gallegos, pero más de 150.000 gallegos no conocen otras maneras de gestionar los siete municipios en los que viven. Las urnas municipales de Ferrol, Narón, Valdoviño, Rairiz de Veiga, Ribadavia, A Rúa y Marín son las únicas de Galicia que nunca arrojaron una mayoría absoluta en las seis elecciones locales celebradas desde 1979. Las escisiones del centro-derecha, la presencia de partidos independientes y la existencia en el mismo municipio de partidos de izquierda estatales y nacionalistas con fuerte implantación son las principales razones de este fenómeno, que alcanza su máxima expresión en Ferrolterra.

07 jun 2000 . Actualizado a las 07:00 h.

Existe un octavo concello en el que nunca hubo un partido que tuviera como mínimo la mitad de concejales más uno de la corporación, A Illa, pero en éste sólo se han celebrado unas elecciones, las de 1999. «El Ferrol de las Mociones». Así bautizó Xaquín Marín a esta ciudad, tras la segunda moción de censura en sólo dos años, en 1991. Ningún partido ha llegado a aproximarse si quiera a la mayoría. El récord lo estableció el socialista Quintanilla en el 83 con once ediles sobre veinticinco. Una de las causas reside en la gran implantación del PCE, y luego EU, ahora ya desaparecida, lo que se combinó _salvo en 1983 y 1987_ con una creciente presencia de la izquierda nacionalista. Al mismo tiempo, la reconversión truncó toda posibilidad de mayoría absoluta del PSOE. Desde 1985 el PP es el más votado en Ferrol (83.000 habitantes) aunque la izquierda le superara en conjunto. El panorama se complicó todavía más en 1995 con la escisión del PP liderada por Juan Fernández, aunque el año pasado BNG y PSOE lograron formar una coalición, presidida por el nacionalista Bello.
La peculiar composición social de Ferrol, muy compartimentada entre los estamentos militares y fabriles, aparece como la razón profunda de esta fragmentación que también alcanza a otros municipios. El «galeguismo localista» de Narón. Este concelo que limita con Ferrol y supera los 30.000 habitantes ha tenido dos alcaldes nacionalistas, Martínez Aneiros y Xoán Gato, aunque en ocasiones han gobernado como partido local. Ahora cada vez hay más señales de la posible integración de Unidade por Narón en el Bloque. Antes llegó a hacerlo con el apoyo del PP. Fue siempre una corporación muy fragmentada, con hegemonía de Gato.
Un mar de divisiones. Pese a tener sólo trece ediles, en el de Valdoviño, limítrofe con Narón, hay cinco grupos, aunque uno de ellos, el independiente, se reintegró en el PP, a cambio de nombrar alcalde a su cabeza de lista. Pero pervive otro partido local, hijo de una escisión posterior. En la izquierda los apoyos se repartieron entre PSOE, BNG y EU.
La derecha mal avenida de Ribadavia. Las divisiones han impedido a los populares gobernar con mayoría absoluta esta villa medieval, en la que llegó a haber pactos entre AP, PSOE-histórico y PCE. El edil de las Juventudes Populares de Ribadavia (JPR) sostiene ahora el gobierno del PP. Nacionalistas en minoría en tierras de Baltar y escisiones en A Rúa. A la división de la derecha, le sucedió en Rairiz de Veiga, desde 1995, sendos alcaldes del BNG, que hasta ahora han conseguido sobreponerse a los rumores de moción de censura. En A Rúa, tras la división entre centristas y populares, surgió un partido con el nombre del pueblo, que llegó a ser el más votado en 1995. Ahora la alcaldía es del PP, en minoría.
«En Marín ningún alcalde ha repetido hasta ahora». Lo dice el actual, el socialista Antonio Santiago, que ocupó el cargo entre 1992 y 1995 cuando pertenecía al CDS. Le sucedió un popular, dentro del turnismo que parece haberse instalado en esta villa.