Un tercio de los gallegos de 18 y 20 años tienen un título de formación profesional

Sara Carreira Piñeiro
Sara Carreira REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA INNOVA

Laboratorio de química en el CIFP Politécnico de Santiago
Laboratorio de química en el CIFP Politécnico de Santiago Sandra Alonso

Es la tercera comunidad de España con mayor porcentaje de titulados

17 nov 2021 . Actualizado a las 13:30 h.

El futuro del empleo pasa por la FP, que en España recibirá tras la crisis del covid una inyección de dinero de Europa. Hay comunidades donde esta etapa educativa está más desarrollada que en otras, y Galicia se encuentra a la cabeza. Tanto, que sobre un tercio de los jóvenes de 18 y 20 años tienen un título de FP, porcentaje solo superado en los ciclos de grado medio por Cantabria y en los de superior por esta comunidad y el País Vasco —líder indiscutible en España—.

Los datos los detalla en Ministerio de Educación y FP en su informe «Sistema estatal de indicadores de la educación 2021» sobre el curso 2018/19, antes de la pandemia. Según esta información, en el 2019, de cada 100 gallegos de 18 años, 28 tenían un título de FP de grado medio; y de cada 100 jóvenes de 20 años, 35 contaban con su título de FP superior, en lo que es una fotografía puntual de un año concreto que indica cómo avanzan los estudios. Y en Galicia la situación es en cuestión de FP mejor que en otras partes de España.

La comunidad mejor situada es sin duda el País Vasco, que lleva décadas invirtiendo dinero y esfuerzos en esta etapa. Así, el 42% de los jóvenes que tenían 20 años en el 2019 eran técnicos superiores de FP; y uno de cada cuatro de 18 años tenía el título de ciclo medio.

Según el Informe Infoempleo Adecco: Oferta y Demanda de Empleo en España 2021, la formación más solicitada en las ofertas de empleo durante el 2020 fue la FP (41,3% del total) frente a la universidad (33,7%). Es la FP superior la que tiene más tirón (22,7% de las ofertas) aunque la de grado medio ha ganado un poco en los últimos años y en el 2020 rozaba el 19% de todas las ofertas de empleo. Esta tendencia parece que se mantendrá, y según el Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada (Icgea), para el 2025 la FP supondrá el 50% de las ofertas de trabajo.

Dos grados diferentes

La FP de grado medio se cursa al terminar la ESO y dura dos años, en paralelo al bachillerato. Normalmente los alumnos que acaban esta formación se ponen a trabajar, en España el 60% sale de los institutos y un poco más, el 65%, en Galicia. Esto no es necesariamente malo si el sistema les permite volver en el futuro para mejorar su formación y garantizarse una carrera ascendente. La FP de grado medio forma a los trabajadores de base de la industria y las empresas: desde mecánicos en un taller a torneros, soldadores, electricistas, camareros, técnicos de ambulancia...

La FP superior supone un paso más en el organigrama de las empresas: desde jefes de taller hasta delineantes o protésicos dentales, y a estos alumnos se les ofrece unas posibilidades de empleo de gran calidad. Para acceder a esta etapa hay que cursar preferentemente bachillerato, que tiene el 70% de las plazas.

En Galicia se matricularon en los grados medio y superior más de 44.200 personas

Los datos del Ministerio indican que en Galicia se matricularon en el curso 20/21 un total de 44.235 personas en FP de grado medio y superior, en mayor medida en la segunda etapa, que va en paralelo con la universidad. En el grado medio hubo 19.779 inscritos y en el superior, 24.456. En este sentido, sigue la tónica de España, con más inscritos en los ciclos superiores (unos 410.000) frente a los 363.500 de la etapa media, en la que se matriculan los alumnos al terminar la ESO.

La evolución de los últimos diez años se decanta claramente por la FP. Así, en el curso 2010/11 había en España casi 290.000 alumnos en ciclos de grado medio y 18.079 en Galicia (ahora 1.700 más), y 266.000 en el conjunto del Estado en el nivel superior, de los que unos 18.000 estaban en Galicia (ahora son casi 24.500). Hay que tener en cuenta que en Galicia el descenso poblacional es importante, y en bachillerato por ejemplo se pasó de 35.000 a 33.700 alumnos.

Alumnos y profesores del CIFP As Mercedes, de Lugo, acudieron a Madrid a desmontar el falcon antes de llevarlo a su instituto. Era diciembre del 2020
Alumnos y profesores del CIFP As Mercedes, de Lugo, acudieron a Madrid a desmontar el falcon antes de llevarlo a su instituto. Era diciembre del 2020 CIFP As Mercedes

Ejemplo de una fp de éxito: el caso del ciclo superior de mantenimiento aeronáutico

El instituto de Lugo en el que todos salen con trabajo

M.Guntín

En el CIFP As Mercedes, de Lugo, todos los alumnos del ciclo superior de Mantenimiento Aeromecánico se gradúan teniendo trabajo. La demanda supera a la oferta en el sector, que no deja de evolucionar para adaptarse a los tiempos actuales. Tanto es así que el mercado extranjero demanda mecánicos y tiene predilección por los que estudian en este centro de la ciudad amurallada.

Las grandes multinacionales luchan por contratar a los jóvenes formados, que se atreven a salir del país para adentrarse en el mercado laboral. Seis de cada diez se quedan dentro de la comunidad y la mayor parte, tal y como explican los docentes del centro, trabajan con drones.

Este ciclo empezó a impartirse en el año 2016. Entonces había 22 plazas y en el instituto recibieron más de 200 solicitudes. Por ello, desde el centro decidieron reforzar la formación añadiendo dos trimestres más a los dos cursos iniciales.

Falta de profesionales

En el sector aeromecánico hacen falta profesionales y se les ofrece buenos sueldos. Por eso los alumnos que se forman en el CIFP As Mercedes trabajan con piezas reales, a las que ellos dan forma para crear proyectos completamente extrapolables a la vida real. Por ello, a principios de este 2021, un Falcon de 13 toneladas y 17 metros de largo fue transportado desde la base aérea de Torrejón de Ardoz hasta el instituto lucense. El Ejército del Aire donó el artefacto y permitió que los alumnos del ciclo lo desmontasen con sus propias manos y en la localidad madrileña, para efectuar así el traslado. En Torrejón de Ardoz se quedaron perplejos al comprobar la rapidez de los jóvenes, que en apenas tres días fueron capaces de despiezar el Falcon para llevarlo hasta Lugo. El de As Mercedes es el primer centro de España en adquirir un avión de estas características y todo con una finalidad: que los alumnos puedan hacer las mejores prácticas posibles.

Otro de los puntos fuertes de este centro es que es el único de toda Galicia que fabrica piezas para aeronáutica empleando fibra de vidrio, un material cada vez más demandado para elaborar aviones y otros vehículos. Y para más detalle, todas están certificadas por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea. Para acometer la nueva tarea, primero se formaron los profesores, que trasladaron sus conocimientos a los alumnos.

Los trabajos se realizan en el taller, muy transitado por expertos del sector y empresas que quieren conocer de primera mano la formación que se imparte. Allí empieza el proceso de captación, que permite a los alumnos competir por un puesto en el mercado laboral.

Senén Rouco

«El objetivo aquí es aprender, más que evaluar»

S. C..

Yasser Díaz nació en Caracas (Venezuela) en 1994, pero lleva cuatro años viviendo en Ferrol. Cuando se trasladó a España por la situación de su país, había cursado ocho de los diez semestres de Ingeniería Industrial. Así que lo primero que hizo fue convalidar los estudios y seguir en la universidad. «Me convalidaron dos cursos y me matriculé de varias asignaturas», recuerda. Pero las cosas no salieron como estaba previsto: «Yo tenía que trabajar por las tardes y al principio me fue bien, pero enseguida empezaron a hacer prácticas de tarde y yo no podía compaginar los horarios, y no tuve facilidades». Cerrada la posibilidad de seguir adelante en Enxeñaría Electrónica, se enteró de la opción de FP y probó. Está encantado. Hoy cursa segundo del ciclo dual (con Navantia) de Mecatrónica Industrial en el CIFP Ferrolterra.

Preguntado por las diferencias que ha observado entre el sistema universitario y el de FP, Díaz lo tiene claro: «El objetivo en FP es más aprender, y en la universidad se busca más evaluar. Aquí [por el CIFP] el examen no es lo más importante». Eso no quiere decir que no se aprenda: «Aprendes mucho, porque ves que los profesores están muy dispuestos a enseñarnos. Claro que tienes que tener unas destrezas mínimas para seguir el ritmo de la clase, pero se ve que les preocupa sobre todo que seamos capaces de desarrollar el trabajo», resalta este joven al que le interesan sobre todo la parte de diseño y también los automatismos. De hecho, no descarta seguir estudiando en el futuro, pero no en el campus de Esteiro, lo que le llama la atención es el ciclo de Automatización e Robótica Industrial.

Trabajo en Navantia

Eso será a medio plazo, porque ahora su objetivo es trabajar, y lo está haciendo en Navantia, porque su ciclo es dual, y gran parte del aprendizaje lo hace en la empresa. Para sus profesores no tiene más que buenas palabras: «Nos enseñan mucho. Saben que somos la siguiente generación y no quieren que se pierda su conocimiento. Estoy muy agradecido por cómo nos ayudan», recalca este ya ferrolano que se ve trabajando en Navantia por mucho tiempo: «Es mi objetivo, ese y seguir aprendiendo».

Ramón Leiro

«É un gusto con só seis na clase»

cristina barral

Rubén Villar Abal es un chico de Ribadumia de 21 años. Como él mismo cuenta, su experiencia educativa en primero de bachillerato no salió bien. Tampoco al segundo intento. Después pensó hacer un curso de informática, pero llegó el covid. Su padre es carpintero y durante un tiempo trabajó con un amigo de su progenitor montando cocinas. Hasta que el pasado verano le surgió la posibilidad de emplearse como ayudante de cocina en A Tasquiña, un restaurante de Sanxenxo.

«O traballo realmente era para unha irmá, pero por un tema de horarios ao final fun eu», relata Rubén. Probó y le acabó gustando. «Miña avoa cociñaba, pero eu non tiña ningunha formación. Estiven todo o verán, dous meses e medio. Era época alta e foi intenso, pero levei ben o estrés», recuerda el joven. Tras esa experiencia le empezó a rondar por la cabeza la idea de matricularse en un ciclo medio de Comercio. Pero, finalmente, siguió la sugerencia de la que fue su jefa y se inscribió en primero del ciclo medio de FP dual de Cociña e Gastronomía que se imparte en el CIFP Carlos Oroza, de Pontevedra.

A finales de septiembre empezó su formación en esta modalidad de FP que combina teoría en el centro educativo con prácticas remuneradas en la empresa, algo que le tocará a partir de marzo. En un descanso de una clase, Rubén comenta que está contento con lo mucho que está aprendiendo y con el método de enseñanza. «É un gustazo e a principal diferenza co instituto é que somos seis alumnos na clase (todos homes). É moi cómodo, os profesores páranse... Eu, no instituto, por apelido sempre estaba sentado atrás de todo».

Rubén confiesa, ya avanzada la conversación, que su primera vocación era ser psicólogo. «Xa desbotei a idea», dice, y ahora disfruta de sus estudios, una formación muy práctica y casi a la carta que le está sorprendiendo. Tiene clase de lunes a viernes por la tarde y se desplaza a Pontevedra desde Ribadumia. Hace un alto en Mosteiro, allí deja su furgoneta y se sube al coche de un compañero de clase. Reconoce que antes de matricularse no sabía lo que era la FP dual. Con vistas al próximo y último curso, su intención es ahorrar algo de dinero y mudarse a vivir a Pontevedra. Es pronto para saber si su futuro laboral pasa por la cocina, pero no se cierra la puerta.

sara carreira

«Por la mañana estudiaba el ciclo, y lo enseñaba por la tarde»

s. carreira

El caso de Pilar Fontaíña es increíble: ingeniera de carrera, tuvo que estudiar FP para poder dar clase en esa etapa. Esta situación tan sorprendente tiene lógica si explica el contexto: «Fue hace unos diez años. Soy de Lugo, había hecho Enxeñería Agrícola allí y en un momento determinado me apunté a las listas de profesores de FP. Conseguí una plaza de interina en el CIFP Ferrolterra en un módulo del ciclo de Programación da Produción de Fabricación Mecánica, y aunque tenía que dar clase teórica, era sobre maquinaria». Aunque en matemáticas o física no tenía problemas, lo cierto es que no sabía nada de los mecanismos que tenía que explicar: «Eso no se puede aprender en un libro, así que por la mañana iba a clase del ciclo de Programación en el Politécnico de Lugo y por la tarde cogía el coche y me iba a Ferrol a dar clase a mis alumnos del mismo ciclo». Así podía cumplir con el nivel de calidad que exigían sus estudiantes: «La gente no va a la FP a perder el tiempo y quieren aprender», y ella quería estar a la altura.

Al final, hizo los dos cursos, que aprobó con holgura, más que por necesidad para darse el gusto de terminar, con su proyecto final y todo. Y después, enseguida, sacó la oposición; desde entonces sigue en el Ferrolterra.

Todo este trabajo lo hizo Pilar Fontaíña con tres niños a cargo. «No sé muy bien cómo aguantaba, porque mis hijos eran pequeños, los dejaba en el colegio y me iba al instituto», recuerda ahora. Por la tarde, cuando salían del colegio los recogía su padre y también tenían ayuda en casa; aun así, el plan era agotador.

No se arrepiente en absoluto y afirma que es algo que ocurre con más frecuencia de lo que parece: «Yo tenía una compañera, Mónica, en mi misma situación, que por la mañana estudiaba en Lugo y por la tarde se iba a Xove». Todo porque, como aclara, «para calcular la velocidad y potencia de una máquina no puedes leer solo libros, y de una FP el 90 % de los alumnos salen perfectamente preparados para programar estas máquinas. Se trata de gente mayor que tiene otra mentalidad y es más exigente».