Los drones preparan el despegue gracias al Polo Aeroespacial

GALICIA INNOVA

ALBERTO LÓPEZ

El Plan Estratéxico 2021-2025 es la hoja de la Xunta para consolidar una red de empresas e innovación en torno a los vehículos aéreos no tripulados

22 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

No solo está aquí, sino que la revolución de los cielos ya coge vuelo para el próximo lustro gracias al Plan Estratéxico do Polo Aeroespacial de Galicia (2021-2025), aprobado recientemente en el Consello da Xunta. El programa, coordinado por la Vicepresidencia segunda y la Consellería de Economía, Empresa e Innovación, será la hoja de ruta para impulsar el sector de los vehículos aéreos no tripulados (drones), atraer inversiones y consolidar una red de innovación y empresas en territorio gallego. En concreto, el plan de la Xunta fija como prioridad la consecución de un triple marco estratégico: el desarrollo industrial gallego; el fomento de las capacidades tecnológicas e innovadoras a través de la creación y transferencia de conocimiento al mercado; y la creación de empleo de calidad. La previsión es que gracias a él se alcancen unos 3.000 puestos de trabajo en torno al Polo y que este contribuya a la recuperación económica, alineándose así con los objetivos españoles y europeos para crear riqueza a corto plazo, pero también pensando en las tecnologías y los mercados de los próximos años.

A partir del documento se desarrollarán una treintena de actuaciones que se basan en la colaboración público-privada y que incluyen desde la financiación de grandes programas de I+D para apoyar las nuevas tecnologías hasta la realización de actividades escolares para despertar el interés científico entre los más jóvenes.

Una de las piezas clave de ese ecosistema que la Xunta quiere impulsar y consolidar es el aeródromo de Rozas, en Castro de Rei (Lugo), donde empresas líderes en el sector como Indra o Babcock (dos de las compañías tractoras del polo junto a Boeing) tienen sus propios hangares para desarrollar proyectos innovadores. Las instalaciones de ese Parque Tecnolóxico e Industrial, que se encuentra en una primera fase de urbanización, se están poniendo a disposición de la comunidad científica y empresarial para llevar adelante proyectos de base tecnológica. La infraestructura, por tanto, está orientada al I+D+i, pero también contribuye al Centro de Investigación Aeroportada de Rozas (CIAR); unas instalaciones pioneras en Europa para la realización de ensayos certificados y en donde también se investiga con vehículos aéreos no tripulados. Del Parque Tecnolóxico, hasta ahora se han urbanizado más de 31.400 metros cuadros y unos 7.100 son parcelas para empresas. La inversión realizada suma 4,5 millones en total, contando también los dos hangares.

En cuanto al Plan ya hay comprometidos 70 millones para su periodo de actuación y 40 de ellos se destinarán a la licitación de Compra Pública Precomercial, que se publicará a lo largo de julio. En sí mismo, el Polo es un proyecto tractor y la Xunta lo considera estratégico de cara a la candidatura gallega a los fondos Next Generation de la Unión Europea (UE), con los que el ente autonómico espera movilizar hasta 540 millones de euros mediante la colaboración público-privada. Con la aprobación del documento la Administración gallega busca dar continuidad al trabajo que se viene realizando desde el 2015, cuando se puso en marcha esta iniciativa y que según los cálculos de la Xunta ya ha movilizado diez veces más de la inversión prevista en su día; 164 millones de euros en total y han participado 937 profesionales. Con el horizonte que marca el Plan Estratéxico para el próximo lustro y con la mirada puesta en esos fondos comunitarios, los cuatros objetivos con los que se trabaja van desde la consolidación en territorio gallego hasta el posicionamiento a nivel nacional e internacional. Uno de ellos es convertir el Polo Aeroespacial en el epicentro de la I+D+i en Galicia, al tiempo que se mejora la eficiencia y la eficacia de los servicios públicos gracias al uso de las aeronaves no tripuladas. Los otros dos ponen el foco en generar capacidades y conocimientos científicos básicos, por un lado, y posicionar Galicia y España como un actor global en el sector de los drones, por el otro.

Empresas tractoras

Con el plan aprobado se espera atraer de cuatro a ocho empresas tractoras, así como implantar 20 nuevas soluciones tecnológicas que le permitan a la Xunta mejorar la eficacia, eficiencia y seguridad de sus servicios. También se contemplan la firma de unos cinco acuerdos de I+D en compra de soluciones entre grandes compradores privados y la creación de 24 nuevas empresas. Además, el Polo pretende favorecer la comercialización e internacionalización de los proyectos y servicios que se desarrollen sus empresas. Otros retos como la transformación digital o la transición ecológica también estarán presentes, dado que se trasladarán para buscar soluciones desde el mundo industrial y la innovación. Retos que podrían resolver los vehículos aéreos no tripulados son, por ejemplo, la atención a la dependencia, la gestión de emergencias o la seguridad turística. Por otro lado, la Xunta pone el foco en los drones libres de emisiones y que puedan estar al servicio de la gestión sostenible de recursos forestales, la movilidad limpia o las energías renovables. Sobre las posibilidades gallegas en el sector, Francisco Conde destacó la anticipación con la que Galicia ha apostado por un mercado de gran potencial.

Babcock International. Sistemas inteligentes para automatizar las misiones

«Es un mercado que crecerá muy fuerte en año y medio o dos años»

Otro de los grandes nombres que está en el Parque de Rozas es el de Babcock International, que lleva más de cuarenta años trabajando en Galicia en servicios de emergencia y salvamento marítimo. En el aeródromo lucense tienen un centro de investigación en donde trabajan con un objetivo muy claro: crear una caja inteligente para que los drones funcionen como robots. «Nuestra investigación está orientada a robotizar los drones. Es decir, que nosotros les metamos la inteligencia de una misión y actúen sin mediación humana», explica José Luis Saiz, director de I+D de Babcock. «Esto nos servirá, por ejemplo, para inspección de líneas eléctricas. Y para incendios más de lo mismo: el dron sube a su espacio aéreo, se pone en un sitio en el que evite otras aeronaves, capta la localización de las brigadas, toma imágenes, vídeo y demás. Todo ello de manera inteligente», detalla Saiz.

En el espacio que tienen en Rozas cuentan con zona de estacionamiento de drones, mantenimiento y desarrollo de prototipos, pero también tienen aula de formación, dado que también enseñan a los más jóvenes. En ese sentido, tienen un convenio con el ciclo superior de As Mercedes (Lugo) en mecánica aeronáutica. «Cuatro de los chavales que trabajan con nosotros vienen de esa escuela. Es un convenio para formarles en un mercado que crecerá muy fuerte en año y medio o dos años», cuenta el director de innovación de Babcock, que indica que en unos meses se empezarán a dar las primeras autorizaciones comerciales para operar en España. «Este mercado empieza con vigilancia e inspecciones, pero nuestras aeronaves están preparadas para volar más allá de la línea de vista y sobrepasar los 90 kilómetros, por lo que requieren autorizaciones complejas», apunta Saiz sobre unos permisos que aún no existen.

Red de empresas

Además de la veintena de personas empleadas por Babcock en Rozas, su actividad genera una red de trabajo. «Muchas empresas gallegas se han ido incorporando a nuestra cadena de valor y eso crea un ecosistema importante. No solo trabajamos con drones, sino también con aplicaciones. Toda la información que genera la vigilancia hay que procesarla y eso se hace con empresas gallegas, que también dan soporte a nuestros servidores», concluye

Indra. Nuevos dispositivos digitales y para sanidad 

«El espacio aéreo de rozas tiene ventajas debido a la baja densidad poblacional de su entorno»

En el Parque de Rozas, Indra desarrolla distintos proyectos surgidos en el marco del Polo Aeroespacial impulsado por la Xunta de Galicia en la provincia lucense. «Uno de ellos es el sistema Targus, que es el primer OPV [un modelo de dron] que se desarrolla en España y con el que se sigue una hoja de ruta acordada con las autoridades aeronáuticas europeas para obtener un sistema aéreo no tripulado certificado», explica Antonio Monteagudo, responsable técnico de Indra para esos proyectos. Y la razón de asentarse en Castro de Rei, apuntan desde la compañía, se enmarca en el vínculo de la empresa con la Xunta, de la que es socia y aliada en desarrollos tecnológicos. En Galicia, de hecho, Indra cuenta con más de 1.500 profesionales empleados en iniciativas relacionadas con la Sanidad, la Seguridad y Defensa o las tecnologías aplicadas a las Smart Cities y las transformaciones digitales.

Al margen de su trabajo en territorio gallego, Antonio Monteagudo señala algunos de los beneficios concretos que presenta Rozas para sus investigaciones. «Su espacio aéreo tiene ventajas debido a la baja densidad poblacional de su entorno. Eso permite extender las zonas de seguridad que son necesarias para la experimentación en vuelo», detalla Monteagudo. Junto a esa ventaja, el responsable técnico de Indra destaca también que el parque está en el ámbito del Área del CIAR y, por tanto, la experimentación está coordinada y asistida por los profesionales del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial.

Otro de los focos de la compañía en Rozas está en el Centro de Misión y Procesado de datos, que consiste en una infraestructura para dar valor a la información que recogen los drones.

Además, Indra trabaja en iniciativas como un sistema naval opcionalmente tripulado y en distintos desarrollos auxiliares como enlaces de comunicaciones mejorados.