Galicia se propone afianzar su industria farmacéutica con 6 proyectos tractores

Domingos Sampedro
Domingos Sampedro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA INNOVA

XOÁN REY

Conde llama a crear un frente común para optar a las ayudas europeas

16 dic 2020 . Actualizado a las 13:26 h.

La producción de hidrógeno verde y de fibras textiles procedentes de la madera, una planta de fertilizantes o el desarrollo del vehículo del futuro. El Gobierno gallego ya presentó en las últimas semanas algunos de los 108 proyectos tractores que aspiran a captar fondos europeos para movilizar una inversión de 9.400 millones de euros, y el vicepresidente económico de la Xunta, Francisco Conde, desgranó este martes en el Parlamento otras iniciativas menos conocidas, como los seis proyectos con los que Galicia pretende afianzar su industria farmacéutica, y otros asociados a las TIC, el big data o la ciberseguridad

Conde compareció por segunda vez ante la comisión parlamentaria de reactivación económica para ofrecer más detalles de los 108 proyectos, después de que la oposición criticara la «opacidade» con la que se gestó todo este proceso.

Aparte de remitir documentación por escrito, el vicepresidente segundo dedicó buena parte de su intervención a explicar los proyectos tractores más conocidos, como el de la producción de viscosa y la planta de hidrógeno, pero sobre todos de los que menos se ha hablado. Entre ellos figuran seis propuestas para impulsar la investigación de nuevos medicamentos y la industria que tiene asociada.

Dos de los proyectos pivotan alrededor del grupo Zendal, que pretende movilizar 111 millones de euros para crear dos nuevas plantas de producción y un centro de alta tecnología. A su lado se sitúa también el proyecto Innopharma, la plataforma farmacogenómica de la Universidade de Santiago aplicada al descubrimiento de nuevos medicamentos.

La Cidade das TIC que impulsa la Universidade da Coruña en los terrenos de la antigua fábrica de armas es otro de los proyectos incluidos. Su objetivo es movilizar una inversión público-privada de 55 millones de euros para crear un polo empresarial que albergue un campus tecnológico en I+D+i, una incubadora de alta tecnología centrada en la inteligencia artificial y el big data

El polo aeroespacial de Galicia, con base operativa en Rozas (Lugo) aspira también captar financiación europea para movilizar una inversión de 630 millones en el desarrollo de diferentes proyectos. Y entorno al Cesga, el centro de supercomputación, se pretenden invertir 102 millones para respaldar la transición digital de las empresas, y otros 45 millones para crear un centro de ciberseguridad que permita afrontar las amenazas asociadas a las nuevas tecnologías.

«Esta é a candidatura inicial de Galicia», manifestó Conde, dejando la puerta abierta a incorporar nuevos proyectos o a mejorar los que hay. Para ello, pidió a la oposición hacer «unha fronte común» con esta estrategia de país y demandó del Gobierno central criterios objetivos en el reparto de los fondos de la UE.

Bloque y PSdeG critican la falta de contenido y la «anomalía» de la propia intervención

«A súa comparecencia é unha anomalía», le espetó el líder del PSdeG, Gonzalo Caballero, al vicepresidente segundo de la Xunta. «Reconvertiu a comparecencia nunha rolda de prensa», añadió la nacionalista Noa Presas. La intervención de Francisco Conde en O Hórreo fue recibida con dosis de hostilidad por parte de la oposición, pues reprocha al PP que alterara de manera unilateral el calendario de comparecencias para que el responsable económico de la Xunta pudiera intervenir por segunda vez. «O que dixo hoxe xa o podía ter dito hai un mes», se quejó Caballero.

Con tono más conciliador, la representante del BNG agradeció la explicación de Conde, de la que dijo tomar nota, pero advirtió que todo este ejercicio explicativo «non vale para reescribir o que ocorreu nos últimos meses, marcados pola opacidade». Además, denunció que hay documentación reclamada por la comisión parlamentaria que todavía no ha sido remitida.

El portavoz del PP, Pedro Puy, dirigió sus dardos hacia Caballero, al atribuirle una estrategia de minusvalorar los proyectos gallegos para justificar que después el Gobierno les niegue fondos.